La doctora Nuria Roure explica en qué momento irse a dormir: "Marca la diferencia entre tu descanso y bienestar"

Hay varios estudios que demuestran cómo la calidad del sueño influye directamente en nuestro sistema e, incluso, dormir mal puede llevarnos a padecer algún que otro problema

Persona durmiendo.

Persona durmiendo. / UNSPLASH

Max Pérez

Son muchas las personas que tienen dificultades para conciliar el sueño, pues la facilidad con la que nos dormimos está muy relacionada con el estado emocional de una persona. Por ello, hay que evitar distracciones y encontrar la mejor forma de descansar correctamente.

Dormir es imprescindible para poder tener un día agradable y funcionar con nuestras facultades al máximo. De hecho, hay varios estudios que demuestran cómo la calidad del sueño influye directamente en nuestro sistema e, incluso, dormir mal puede llevarnos a padecer algún que otro problema.

"Necesitamos dormir para poder vivir", asegura la doctora Núria Roure en la primera intervención de su entrevista en el pódcast 'Tenía la duda'. En él, detalla la importancia del sueño y la necesidad de seguir investigando.

Dormir bien es esencial

La psicóloga y experta en medicina del sueño afirma que es necesario dormir ocho horas cada día, aunque puede haber algunas variaciones: ''Hay gente que necesita poco tiempo, entre 7-8 horas de descanso, que son los dormidores cortos; y otros que necesitan entre 8-9 horas, que son los dormidores largos'', cuenta la doctora.

En la entrevista, la especialista también explica a los oyentes cuál es la hora idónea para irse a dormir, que se conoce como "la puerta abierta al sueño". Si se aprovecha ese periodo de tiempo para dormir son muchos los beneficios para nuestro cuerpo.

El momento perfecto

''Llega un momento de nuestro día, cuando ya ha bajado la luz del sol y empezamos a segregar la melatonina, y llevamos entre 16 y 17 horas desde que nos hemos despertado. Ese momento es el momento idóneo en que tu cuerpo y tu mente están preparados para entrar en sueño'', cuenta la doctora.

Este periodo solo tiene una duración de entre 20 y 30 minutos pero, si se aprovecha para entrar en sueño, nos resultará mucho más sencillo dormirnos. Una vez se termina, conciliar el sueño va a resultar mucho más complicado.

Para hacerlo más entendible, Núria Roure nos expone un claro ejemplo: "Es como 'estaba cogiendo el sueño, pero me he quedado a ver cómo acababa el capítulo y luego ya no me duermo' porque ya se ha cerrado esa puerta''. 

La experta en medicina del sueño destaca que "la puerta abierta al sueño" acostumbra a ser entre las 22:30 y 23:00 h en las personas adultas. En cambio, en los niños lo más habitual es que se sitúe entre las 20:00 y 20:30 h. Dormirse en estas franjas, aprovechando el momento perfecto, puede llegar a "marcar la diferencia en tu descanso y bienestar'', cuenta la psicóloga.

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