La policía nacional ya ha recibido cerca de una treintena de denuncias contra el sospechoso. La primera denuncia fue presentada el pasado lunes en la comisaría del municipio en el que se encuentra el club deportivo y, al parecer, fue interpuesta por los padres de un niño de unos once años que conocieron los hechos después de que el menor se negara reiteradamente a retomar sus clases de tenis.

Una vez que el pequeño confesó los tocamientos a los que supuestamente le había sometido el responsable de la entidad, los padres acudieron a la comisaría y denunciaron.

Los agentes que investigan los hechos citaron el mismo lunes al sospechoso, de 62 años de edad, en las dependencias policiales y lo detuvieron, tras lo cual le tomaron declaración en presencia de su abogado.

Una vez que trascendió la denuncia y posterior arresto en el círculo de clientes del club, numerosos menores confesaron haber sido también víctimas de los supuestos abusos sexuales.

De este modo, anoche se acumulaban en la comisaría entre 25 y 30 denuncias contra el detenido, que pasará en breve a disposición del juzgado de guardia correspondiente.

A lo largo de los años

Entre las denuncias figura incluso una de un joven de 20 años quien afirma haber sufrido agresiones sexuales por parte del imputado cuando contaba sólo doce años, es decir, hace ocho.

En este caso, el juez deberá decidir si el delito ha prescrito o no, ya que si sólo hubiese habido tocamientos -sin penetración de ningún tipo- la pena que le correspondería sería de uno a tres años de cárcel. De todos modos, aunque el tiempo de prescripción de un delito es el mismo que la pena que le corresponde en el Código Penal, esto está sujeto al hecho de que no se trate de un caso aislado, como parece ocurrir en este asunto.

Además, habría varios casos de delito continuado, es decir, de abusos sexuales sobre una misma víctima que se habrían prologando a lo largo de los años.

En los últimos tres meses han saltado a la luz pública otros dos casos similares. En uno de ellos, se trataba de un hombre que conocía a los niños a través de una asociación sociocultural de un municipio de la Ribera.

Poco después, trascendió otro caso de abusos sexuales a menores que se produjo en una localidad de l'Horta Nord y por el que fue detenido el dueño de un quiosco que, al parecer, cometía las agresiones en el interior de su establecimiento.