Fuentes del Comité de Investigación de la Fiscalía (CIF), citadas por el rotativo, identificaron al presunto autor del "robo del siglo" como Alexéi Lepiojin, de 27 años, actualmente en prisión preventiva a la espera de juicio.

Los investigadores no han podido establecer a ciencia cierta cómo Lepiojin consiguió acceder a la cuenta de crédito del Bank Mosky, desde la que transfirió 85,5 millones de rublos a su propia cuenta, por lo que barajan la hipótesis de que aprovechara un fallo en el sistema informático del banco.

Todo comenzó en febrero de 2007, cuando Lepiojin obtuvo autorización para operar por internet sus dos cuentas bancarias, una en la que tenía domiciliado su salario y la otra, la de su tarjeta de crédito.

"Los detectives concluyeron que el maquinista recibió información de fuentes no establecidas acerca de la posibilidad de aprovecharse de cierto fallos técnicos en la banca web", señala "Vremia Noviostéi.

El hecho es que Lepiojin podía realizar a través de internet operaciones no sólo con sus cuentas sino con la cuenta de crédito del banco.

La primera "transferencia" a su propia cuenta la hizo el 20 de febrero de 2007 por 50.000 rublos, poco más de 2.000 dólares, y tras percatarse de que la operación había pasado inadvertida decidió echar mano de la cuenta de crédito del banco de manera regular.

Utilizó el mismo procedimiento durante seis meses, hasta el 21 de agosto, cuando el banco bloqueó las cuentas del maquinista, que para entonces tenían un saldo de 28 millones de rublos (unos 1,2 millones de dólares).

La investigación estableció que con los 2,4 millones de dólares restantes Lepiojin compró un apartamento, varios automóviles e, incluso, adquirió acciones de empresas y participaciones en fondos de inversión.

El maquinista huyó de Moscú una vez que el banco bloqueó sus cuentas y estuvo oculto durante casi dos meses, hasta que fue detenido, en septiembre de 2007, en la ciudad de Tula, a unos 200 kilómetros al sur de la capital rusa.

Según representantes del Bank Moskvy, la detección del fraude se vio dificultada por el hecho de que en un comienzo el monto de las transferencias ilícitas no superaba los 200.000 rublos (unos 8.600 dólares) y, por tanto, no estaban dentro del rango que exige supervisión inmediata.