Una pareja acusada de matar y maltratar a un bebé niega los hechos

El fiscal y la acusación particular representada por el Cabildo de Fuerteventura solicitan para ambos una pena de 18 años de prisión, quince por el delito de homicidio y tres por el de malos tratos habituales, ya que al bebé, entre otras lesiones, se le apreciaron hematomas y varias costillas rotas, tras practicársele la autopsia.

Los abogados de la defensa solicitan la absolución de ambos acusados, que negaron haber maltratado al bebé, que estaba al cuidado del acusado, Yeray G.P., de 22 años, al igual que su hermana de año y medio en ese entonces, si bien ninguna de las dos niñas eran suyas.

La madre, María Inmaculada V.G., de 20 años, negó haber zarandeado a la niña ese día como sostiene el fiscal, que en sus conclusiones provisionales mantiene que lo hizo "repetidamente con gran violencia" y que ello le produjo "graves lesiones cerebrales que le causaron la muerte".

Explicó que ese día se fue a trabajar preocupada por la salud de su hija porque llevaba varios días enferma e incluso el día anterior se había quedado en casa para cuidarla, aunque dijo que no la quiso llevar al hospital porque tenía miedo de que le dijeran que era "una mala madre".

Desde el trabajo, según la acusada, llamó por teléfono a su casa para interesarse por la niña y su novio le dijo que regresara a su casa rápido porque su hija estaba muerta.

Según el fiscal, la niña en ningún momento de su vida recibió atención médica general o especializada ni le fueron suministradas las vacunas del calendario obligatorio y fue inscrita en el registro civil tras su fallecimiento.

La acusada explicó que no estaba inscrita en el registro civil porque cuando la tuvo era menor de edad y que nunca la había llevado al médico porque ella consideraba que estaba bien atendida,

El acusado afirmó que cuando la madre ese día se fue a trabajar se puso a jugar a la "play station" y que a las tres horas fue a ver cómo estaba y la halló muerta en la cuna, lo cual no le "sorprendió" aunque no se lo esperaba.

La niña, según el acusado, llevaba dos semanas con vómitos, aunque la madre declaró que ese día cuando le dio el puré comió algo más que los otros días y no devolvió.

El acusado aseguró que "nunca tocó" a la niña, a la que cuidaba como si fuera suya, que la veía "sana" y desconocía que tuviera costillas rotas así como hematomas en el cuerpo.

La madre manifestó que desde que comenzó a trabajar, un mes antes de la muerte del bebé, comenzó a apreciar golpes en el cuerpo de la niña, que su novio, que "tenía excusas para todo", atribuía a su hermana, y que nunca vio al acusado maltratar a sus hijas, a quien dejaba a su cuidado porque tenía plena confianza en él.

El fiscal solicita para los dos acusados, además de la pena de prisión, que se les prohíba acercarse a menos de 500 metros de la hermana de la fallecida, así como a su domicilio o lugar donde se encuentre por un periodo de 20 años.

Además, les reclama una indemnización de 90.000 euros para los herederos legales.