Un total de 228 personas, entre pasajeros y tripulación, viajaban en el vuelo AF447 de la compañía francesa, que, de confirmarse, ha sufrido el accidente más grave de su historia en circunstancias aún desconocidas.

El avión debía haber llegado al aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle pasadas las 11 de la mañana hora local (09.00 GMT), pero desde hacía varias horas se había perdido el contacto con el aparato.

Según la lista ofrecida por Air France y elaborada "sobre la base de las informaciones suministradas por las autoridades brasileñas", de los pasajeros del Airbus A330-200 desaparecido la mayoría, un total de 61, eran de nacionalidad francesa.

Además, viajaban 58 brasileños, 26 alemanes, 9 chinos, 9 italianos, 5 británicos, 6 suizos, 5 libaneses, 4 húngaros, 3 eslovacos, 3 noruegos, 3 irlandeses, 2 estadounidenses, 2 españoles, 2 marroquíes y 2 polacos.

Había, además, un ciudadano de cada uno de los siguientes países: Sudáfrica, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Islandia, Estonia, Gambia, Holanda, Filipinas, Rumanía, Rusia, Suecia y Turquía.

Aunque las circunstancias de la desaparición del aparato no están confirmadas, Air France hizo un relato de las horas siguientes a su despegue del aeropuerto de Río de Janeiro (a las 19.00 hora de Brasil, 22.00 GMT) en el que se comprueba que el aparato atravesó una zona de tormentas y turbulencias fuertes que pudieron afectar a sus circuitos eléctricos.

El avión perdió el contacto con los controladores aéreos de Brasil y ni los de Senegal ni los de España y luego los de Francia -países desde los que se debería haber seguido la ruta del aparato- pudieron restablecer la comunicación con él.

En el aeropuerto parisino se creó desde primeras horas de hoy una célula especial de crisis para asistir a los familiares de los pasajeros y allí acudieron responsables de la compañía y del Gobierno y el Estado francés.

Después de encontrarse con los familiares que esperaban noticias de sus allegados, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró que las esperanzas de encontrar supervivientes del avión de Air France desaparecido son "muy débiles" y que se desconoce qué ocurrió con ese vuelo.

Expertos en control aéreo explicaron, impotentes, a los medios de comunicación franceses durante la jornada que la zona donde desapareció el avión es conocida por las inclemencias meteorológicas que los aparatos comerciales han de superar, pero que los pilotos están habituados a esas condiciones.

Pero Sarkozy reconoció que "no hay ningún elemento concreto sobre lo que ocurrió" y señaló que esta es "una catástrofe como nunca ha conocido la compañía Air France".

La empresa había admitido varias horas antes que efectivamente consideraba la desaparición del avión como una "catástrofe", aun sin poder precisar si fue un rayo -como dijo un portavoz de Air France- o alguna otra circunstancia las que hicieron perder el rastro del avión.

Sarkozy explicó que Francia ha enviado a la zona "barcos y aviones", después de que se supiera que las autoridades galas habían pedido ayuda al Pentágono estadounidense.

"Nuestros amigos españoles nos ayudan. Los brasileños nos ayudan mucho también", indicó.

"Hay que hacer todo lo posible para recuperar el máximo de los elementos del avión, un Airbus A330, para entender qué pasó", dijo Sarkozy, quien admitió que será "extremadamente difícil" la búsqueda de los restos del aparato "porque la zona es inmensa, cientos de kilómetros y, claro, este drama se produjo en plena noche encima del Atlántico".

Según el presidente, que estaba acompañado de varios ministros, "creímos que el avión estaba a unos 400 kilómetros de Brasil".

Sarkozy aseguró que las autoridades y los responsables de Air France trabajan para aclarar lo sucedido.