Air France confirmó ayer la presencia de dos españoles entre las 228 personas que viajaban a bordo del avión AF447, que desapareció mientras operaba la ruta entre Río de Janeiro y París. Uno de ellos es Andrés S.M., un ingeniero casado de 38 años natural de Marchena (Sevilla) y residente en París que figura en el pasaje del vuelo, según informó Iván Casero Montés, primo del desaparecido. Asimismo, el Ministerio de Exteriores confirmó la presencia de una mujer de origen catalán.

En su comunicado oficial, la aerolínea informó de que en el avión viajaban doce tripulantes y 216 pasajeros, de los que 126 eran hombres, 82 mujeres, siete niños y un bebé. Por nacionalidades, la compañía distinguía 61 franceses, 58 brasileños y 26 alemanes. Asimismo, en el A330-200 desaparecido volaban nueve italianos, nueve chinos, seis suizos, cinco británicos, cinco libaneses y cuatro húngaros. Entre los pasajeros también se encuentran tres irlandeses, noruegos y eslovacos, respectivamente, además de dos personas de nacionalidad marroquí, dos polacos y dos estadounidenses. En la lista facilitada por la compañía francesa figuran además un argentino, un austriaco, un belga, un canadiense, un croata, un danés, un estonio, un holandés, un filipino, un rumano, un ruso, un turco, un gambiano, un islandés, un sueco y un surafricano.

El aparato, matrícula F-GZCP, despegó a las 19.00 (hora local) de Río de Janeiro y tenía previsto aterrizar en el aeropuerto de París-Charles de Gaulle a las 11.15 (hora local). No obstante, el avión envió un mensaje hacia las 04.14 hora española, en el que informaba de un cortocircuito eléctrico después de atravesar una zona de tormentas con fuertes turbulencias. Tanto los radares del tráfico aéreo francés, como los controles brasileños, africanos y franceses intentaron en vano establecer contacto con el vuelo AF447.

El avión perdió el contacto con los controladores aéreos de Brasil y ni los de Senegal ni los de España y luego los de Francia –países desde los que se debería haber seguido la ruta del aparato– pudieron restablecer la comunicación con él. En el aeropuerto parisino se creó desde primeras horas una célula especial de crisis para asistir a los familiares de los pasajeros y allí acudieron responsables de la compañía y del gobierno y el Estado francés.

Después de encontrarse con los familiares que esperaban noticias de sus allegados, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró que las esperanzas de encontrar supervivientes del avión de Air France desaparecido son "muy débiles" y que se desconoce qué ocurrió con ese vuelo.

Expertos en control aéreo explicaron, impotentes, que la zona donde desapareció el avión es conocida por las inclemencias meteorológicas que los aparatos comerciales han de superar, pero que los pilotos están habituados a esas condiciones. Pero Sarkozy reconoció que no había ningún elemento concreto sobre lo que ocurrió y señaló que ésta es "una catástrofe como nunca ha conocido la compañía Air France".

Silencio. El director general de Air France, Pierre-Henri Gourgeon, precisó que el aparato había emitido varios mensajes automáticos de mantenimiento en los que alertaba de averías en numerosos componentes. Los mensajes, prosiguió, "daban a entender que se había producido una situación inesperada a bordo del aparato".

La hipótesis "más probable", según la compañía, es que el aparato "fuese fulminado por un rayo". "El avión había entrado en una zona tormentosa con fuertes perturbaciones que provocaron problemas de funcionamiento", añadió Françóis Brousse. Concretamente, la empresa considera posible que se produjera un problema en los circuitos eléctricos que controlan los mecanismos de gobierno de la nave.