La tragedia asoló ayer la localidad de Salvaterra de Miño (Pontevedra). Dos hermanos de 11 y 9 años, de nacionalidad marroquí, perdieron la vida al ser engullidos por el río Miño, al que cayeron mientras jugaban. Uno de ellos fue rescatado y otro continúa desaparecido.

Según los primeros testimonios, el primero que se precipitó fue Mohamed Sidki, de 9 años. Estaba tomando su bocata sobre una roca al lado de la pesqueira junto a su hermano y otro amigo, de la misma nacionalidad, y tenía el pan sobre la piedra cuando le resbaló. Al intentar ir a por él, la gravedad y el estado resbaladizo del suelo provocaron que se cayese y su hermano Yunes Sidki, de 11 años, intentó asistirle, pero ambos cayeron al agua.

Yunes sabía nadar y quiso sacar a su hermano, pero fue imposible porque la corriente se lo llevaba. Su amigo, el tercer niño que estaba con ellos, al ver que la situación era difícil, decidió avisar. Primero lo hizo con la única persona que estaba en el paseo fluvial, muy próximo a la orilla, pero una señora de nacionalidad portuguesa no fue capaz de atender sus explicaciones, ya que no habla apenas español. El pequeño reside en la villa tan solo desde hace tres semanas. La siguiente opción fue correr hasta encontrar a alguien, y para ello casi tuvo que correr un kilómetro para avisar en un bar, gracias a lo que se movilizó el operativo de búsqueda y salvamento.

Cuando las primeras personas llegaron al lugar de los hechos, pudo rescatarse a Yunes, y comenzó su reanimación, pero fue imposible. Ni siquiera el equipo médico pudo salvarle la vida. De Mohamed no había rastro ya.

Se movilizaron medios humanos de España y Portugal, equipos de bomberos de Monçao y Porriño-Baixo Miño, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Nacional, Guardia Nacional Republicana de Portugal, Policía Marítima portuguesa, y Comandancia de Marina de Tui, además de particulares. Un equipo de buzos comenzó a rastrear la zona hasta que la luz hizo imposible la visibilidad del agua. Además, se cerraron parcialmente las compuertas del Embalse de Frieira para intentar que bajase el nivel del río y tener mayor visibilidad, pues el agua bajaba ayer muy turbia en la zona. A la hora de cierre de la edición de este periódico el segundo cuerpo no había sido localizado.

Los niños jugaban en una roca al lado de una pesqueira existente en el lugar, situada a unos 800 metros aguas arriba del puente internacional Salvaterra-Monçao. Era uno de sus lugares de juego habituales al que llegaban tras saltar la valla del paseo fluvial. Les encantaba el Miño y anteriormente solían jugar en la zona próxima al Parque de A Canuda, donde el río remansa, pero algunos pescadores les pedían que no les molestasen.

La zona donde se produjo la tragedia es una de las más peligrosas, ya que se producen remolinos e incluso la corriente cambia de dirección, con lo cual, ayer la búsqueda también se realizó río arriba. Al lugar de los hechos llegaron sus familiares y la madre de los pequeños que sollozó de forma desconsolada.