La familia de la joven ilicitana Patricia Aguilar, que fue captada por el líder de una secta en Perú y regresó este fin de semana a España tras ser liberada, ha incidido hoy en la "falta de leyes que legislen casos" como el suyo, ya que se encuentran "desprotegidos" y "les puede pasar a cualquiera".

La portavoz de la familia de Patricia Aguilar, Noelia Bru, ha solicitado además un protocolo y formación policial "para saber cómo actuar en estas situaciones", así como un observatorio para la prevención y centros de ayudas a las víctimas captadas por sectas.

Así lo ha explicado a los periodistas durante una rueda de prensa multitudinaria en la sala del Consell del Ayuntamiento de Elche (Alicante), en la que han estado presentes también el padre de la joven, Alberto Aguilar, y la abogada de la asociación SOS Desaparecidos Maite Rojas.

La familia ha pedido respeto y privacidad para la joven y que "no se la persiga". "Ella es una víctima y tiene que retomar su vida. Le choca que sea ahora el centro de atención", ha dicho Bru.

Un padre coraje

Por su parte, Alberto Aguilar, padre de la joven, ha afirmado que la "pesadilla acabó cuando fueron localizados" su hija y su bebé en la selva peruana, y ha dejado claro que Patricia "ha vuelto por voluntad propia", tras permanecer año y medio en Perú.

Alberto, el padre coraje de esta historia, ha acompañado a España a la muchacha de 19 años y a su bebé. Él ha sido en Perú la persona que ha conducido a las autoridades hasta la choza en la cual se encontraba su hija cuidando de varios menores, además de su bebé, en unas condiciones deplorables y desnutridos. Precisamente, el poder regresar a España con la pequeña, para lo cual era precisa la autorización del Gobierno peruano, ha sido el último escollo que debían salvar. No ha sido fácil pues han tardado un mes.