Sonó el timbre a las 14:24 horas. El padre de Neizan fue a abrir y a quien menos esperaba encontrar en el umbral de su casa era a su hijo de 4 años. Pero sí. Allí estaba el pequeño. Sus padres tenían que ir a recogerlo a la granja escuela Baladre de Beniarbeig, a la que asiste desde julio, a las 15 horas. El niño se escapó y recorrió a pie y solo unos 680 metros. Bajó por un camino rural rodeado de huertos de naranjos, pasó junto al cementerio, cruzó una avenida de doble dirección (por suerte poco transitada) y varias calles y llegó a su vivienda, que está en el centro del municipio. Su padre se quedó de piedra. "Neizan, ¿pero qué haces aquí?", le preguntó al niño, quien le respondió que se había cansado de esperar a que acabara la jornada de cole de verano y se había ido corriendo a casa.

"Mi marido llamó inmediatamente a la granja escuela. No se habían dado todavía cuenta de que nuestro hijo ya no estaba allí. Se pusieron muy nerviosos", ha explicado a Levante-EMV Mónica Navarro, la madre de Neizan.

"Ha sido una suerte que llegara sano y salvo. Todavía estamos asustados. Nunca hemos ido con él caminando hasta la granja escuela. Lo llevamos y recogemos en coche. Le he preguntado y me ha dicho que ha venido por la acera, pero pensar en que lo podían haber atropellado o que alguien se lo pudo llevar nos angustia mucho", indicó la madre.

Los padres trasladaron al centro su inquietud y enfado. Están convencidos de que el menor salió por un agujero del murete perimetral. "Nos dicen que nunca había pasado. Pero lo que no ocurre en cien años, pasa un día. Les hemos pedido que cierren ese agujero y que adopten medidas de seguridad", afirmó Mónica.

El centro educativo les ha pedido disculpas. La madre ha hablado con la monitora y asegura que ésta le ha reconocido que Neizan llevaba días diciéndole que si cogía el camino y seguía recto sabía llegar a su casa.

El pequeño se escapó este lunes. El martes los padres, dado que ambos trabajan y no tienen otra alternativa, lo llevaron de nuevo a la granja escuela. "Mi marido y yo también pensamos que si no lo llevábamos era como premiarlo por lo que había hecho", puntualizó la madre. "Pero he estado durante toda la mañana dándole vueltas en el trabajo. No se me va el susto".

La madre también admitió que fue una suerte que el pequeño llegara a la vivienda y allí estuviera su padre. "Tenía el día libre. Pero, ¿y si no hay nadie en casa? Se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo".

El director de Baladre, Enrique Enguix, manifestó que nunca, en los más de 35 años que funciona el centro (fue una de las granja escuela pioneras en España), les había pasado algo así. "Y cada año recibimos a miles de escolares".

"El niño tenía predisposición a marcharse y no lo supimos detectar. Hemos hecho autocrítica y pedido disculpas a los padres. Asumimos toda la responsabilidad", sostuvo Enguix.

Explicó también que "no es anormal" que los niños se cansen y quieran irse. "Les dejamos actuar y que reflexionen y reaccionen. Y no se marchan. Pero ahora se ha dado un cúmulo de circunstancias: es un niño muy seguro de sí mismo y tenía muy claro que podía volver solo a casa".

"Un toque de atención"

El director de Baladre aseguró que el hecho de que se escapara este pequeño es "un toque de atención y tomaremos medidas". "Si la madre se queda más tranquila, cerraremos el agujero. Pero no creemos que ese sea al problema y tampoco es solución vallar todo el recinto. Nuestra filosofía es educar y que los niños aprendan a discernir. No prohibimos".

Enguix dijo que la monitora de Neizan "está destrozada". "Nos ha afectado a todos mucho. Cada monitor está con 11 ó 12 niños. Creemos que es una ratio muy buena. Estamos pendientes de todos", aseveró.

El responsable de Baladre detalló que la monitora fue a llevar al aseo a otro niño más pequeño y Neizan fue tras ellos. "Le preguntó si él también quería ir al aseo y le dijo que no, que quería ir al parque, que está en la parte de arriba del recinto, que es donde se halla el agujero. La monitora le vio darse le vuelta e ir a donde estaban los otros niños. Pero en realidad se fue hacia arriba. No sé cuanto tiempo pasaría, creo que unos diez minutos, y entonces nos llamó el padre para decirnos que su hijo estaba en casa".