Patricia Aguilar, la joven de Elche captada por una secta peruana que dirigía Félix Steven Manrique, ha relatado su experiencia en una carta que ha hecho pública La Sexta, en su espacio de investigación Expediente Marlasca. En el programa, emitido el domingo, la joven asegura haberse sentido protegida cuando llegó, pero "engañada y en peligro" a medida que fue descubriendo que Manrique no era el "salvador" que le había prometido, y maltrataba tanto a ella como a las otras dos mujeres con las que fue encontrada la ilicitana. Patria escribe de su puño y letra cómo el nacimiento de su hija, Naaomi, "supuso un cambio increíble" en su forma de ver a Manrique.

"Él le demostraba cariño a veces, otras estaba harto de ella. Entonces yo pienso que ese cariño no era más que teatro". La joven dio a luz completamente sola y sin ayuda médica. Una circunstancia que le hizo sentirse en peligro: "En peligro por el tema médico, de alimentos y por él mismo. Por su agresividad en todo momento corríamos peligro", relata la joven.

Patricia se fue de casa en enero de 2017, nada más cumplir los 17 años, para ir a reunirse con Manrique, con quien mantenía lo que entonces consideraba una "relación a distancia". "Cuando llegué me encontré con un hombre de 33 años, de apariencia normal, pero muy inteligente. Aunque no vi rastros de que pudiera ser lo que él afirmaba: 'El Enviado', alguien con mucho poder. Estaba tan manipulada que aun sin verlo, lo creía firmemente".

De hecho, Aguilar llegó a grabar varios vídeos en los que desmentía estar captada y retenida por Manrique, y aseguraba que estaba en Perú por su propia voluntad. Una versión que sostuvo incluso en el Consulado, cuando su familia denunció el caso.

Sin embargo, en junio de este año, Alberto Aguilar, el padre de la joven, viajó hasta Perú para que las autoridades peruanas aceleraran la investigación del caso, tras descubrir que había captado a más mujeres. De hecho, Alberto estuvo viviendo junto a familiares de otra de las dos mujeres rescatadas junto a Patricia, hasta que consiguieron liberarlas. Las autoridades peruanas encontraron a las tres mujeres solas, en mitad de la selva. Patricia, en ese momento, estaba sola, a cargo de cinco menores, incluida su hija de apenas un mes. Fue una sorpresa para todos. Nadie sabía que Patricia había sido madre.

Tanto ella como la pequeña presentaban signos de desnutrición, al igual que el resto de menores, que según la información recabada por la policía peruana, eran explotados para pelar granos de café que luego vendían en los mercados.

Rescate

En cuanto al rescate, Patricia sostiene que "muy en el fondo, sentí alivio, pero la manipulación aún estaba presente, por lo que no lo podía expresar". Además, Manrique se había cubierto las espaldas, pues "nos trasladó la posibilidad de que nos encontrara la Policía» y aunque no les dijo "tienes que decir esto", los convencía "mediante el miedo. Metía miedo diciendo las cosas que podrían pasar". Ahora, tras casi un mes en España, asegura sentirse "muy bien, contenta y recuperada".