Un bebé de dos meses se encuentra hospitalizado en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fe de Valencia tras sufrir un fuerte traumatismo en la cabeza. La Policía Nacional ha arrestado a sus progenitores acusados de un delito de lesiones ante las sospechas de que se trate de un caso de malos tratos al pequeño tras ser alertados por los médicos del centro hospitalario.

Según las fuentes consultadas por este periódico, las lesiones que presenta el recién nacido son compatibles con la hipótesis de que uno de los padres hubiera arrojado con fuerza al suelo al pequeño, quien como consecuencia del golpe también ha perdido la vista en un ojo.

Los hechos se produjeron la semana pasada en una localidad de l'Horta Sud en circunstancias que todavía se investigan. El menor fue trasladado a la UCI pediátrica del Hospital La Fe dada su gravedad y cuando los médicos observaron la fractura craneoencefálica que presentaba dieron parte a la Policía Nacional, tal y como marca el protocolo ante un posible caso de maltrato.

Forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia deberán determinar ahora si dichas lesiones fueron causadas de forma intencionada por los padres o se trató de una caída accidental. Incluso no se descarta por completo que se trate del conocido «síndrome del zarandeo», aunque un golpe en el pómulo hace que dicha posibilidad sea la más remota.

Tras realizar varias averiguaciones la Policía Nacional arrestó al padre y a la madre del pequeño, ambos de 28 años y nacionalidad española, como presuntos autores de un delito de lesiones, aunque la evolución del menor y de las investigaciones podría derivar en una tentativa de homicidio.

Libertad y orden de alejamiento

Los dos detenidos fueron puestos a disposición judicial el pasado viernes. El Juzgado de Instrucción número cuatro de Valencia, en funciones de guardia, los dejó en libertad con cargos después de que ambos se acogieran a su derecho a no declarar y no dieran explicación alguna sobre las graves lesiones que presentaba su hijo.

El juez acordó una orden de alejamiento de 200 metros respecto de su víctima y se inhibió en favor de los juzgados de Torrent, partido judicial competente por el lugar en el que se produjeron los hechos.