El juicio contra la mujer de 32 años procesada por un delito de quebrantamiento después de llamar 83 veces a su novio, pese a tenerlo prohibido, quedó ayer visto para sentencia después de que las partes no llegasen a un acuerdo. La vista se celebró sin la procesada, pues ante la escasa petición de cárcel -nueve meses pide Fiscalía y 11 meses la acusación particular- permite celebrar el juicio con el acusado ausente.

La única de declaración ayer fue la del afectado, que aseguró haber recibido todas esas llamadas, mensajes de texto y Whatsapp en los que incluía el envío de fotos suyas y de su familia. "Llamaba por teléfono, yo preguntaba que quien era y a veces respondía 'soy el coco'", explicó el denunciante, que reconoció la voz de su expareja.

Entre ellos existe una orden mutua de alejamiento y prohibición de comunicarse dictada por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón en octubre de 2017. Esta mujer, que responde a las iniciales M. R. G. y tiene 32 años, no es la primera vez que incumple esa orden, pues ya ha sido condenada en tres ocasiones por realizar múltiples llamadas a su expareja.

El abogado de la acusada, ausente ayer, solicitó la libre absolución al entender que no podía servir como prueba válida el registro de llamadas y mensajes que presentó el denunciante. "Los descargó en su casa y los presentó en la denuncia sin que ningún fedatario público lo comprobarse con el teléfono original, y eso es fácilmente manipulable", explicó el letrado.

La acusación particular, por su parte, se ratificó en su escrito de hechos, en los que solicita una condena de once meses de prisión, algo ligeramente superior al de la fiscalía, que se mantuvo en nueve meses de cárcel.