El coordinador de Vox en Pontevedra, Juan Manuel Rosales, y, Andrés de Vicente, más conocido como 'Capi', el joven que le agredió el pasado 9 de marzo cuando repartía folletos a la entrada del Mercado en la campaña electoral, llegaron hoy a un acuerdo verbal que ha dejado visto el caso visto para sentencia.

'Capi', que en el año 2015 había dado un puñetazo al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, será absuelto gracias a este acuerdo, tal y como confirmó a las puertas de los juzgados de A Parda su abogado, Evaristo Montoya. Básicamente, se trata de un acuerdo de tipo económico, cuya cantidad ambas partes deben negociar ahora, aunque tal y como dijo el letrado "no serán más de 400 euros" y dependerán de lo que el forense recoja en su informe. A nivel práctico, este acuerdo supone la absolución del acusado, que ya no tuvo que entrar en la sala, como tampoco lo hizo el portavoz de Vox.

Este nuevo caso no le afectará "para nada" en cuanto a su situación judicial por la agresión previa al que entonces era el presidente del Gobierno, ya que entonces era menor de edad y ya cumplió su pena en un centro de menores. "Este es un delito leve y no le afecta nada", reconoce su abogado. Además, Andrés de Vicente, "Capi", está pendiente de otra causa.

El joven llegó a los juzgados visiblemente nervioso por la presencia de numerosos periodistas a las puertas del edificio. "Yo lo he visto tranquilo", dijo, sin embargo, Montoya, que apuntó que había pedido perdón a la parte denunciante, "con sentido común".

Respecto a los motivos que le pudieron llevar a agredir a Juan Manuel Rosales, matizó que "es un chico que en el momento de la comisión de los hechos había bebido". "Cuando uno bebe no está en condiciones ni tiene la capacidad para poder razonar sobre lo que está haciendo. De hecho, es un chico que se arrepiente al momento y se presenta en comisaría voluntariamente para decir lo que ha hecho", resumió.

Por su parte, el agredido, Juan Manuel Rosales, en declaraciones a la prensa a su llegada a los juzgados y antes de reunirse con su abogada, el acusado y el letrado de éste, reconoció que recuerda la agresión "como algo muy desagradable". "Era lo que menos me esperaba que me pasara esa mañana", confesó.

Además, matizó que aquel día estaba acompañado por un menor durante el reparto de la propaganda electoral, "un menor lleno de ilusión que participaba por primera vez en un proceso democrático y que estaba encantado".