Tras dos días de declaración, los nueve miembros del Jurado Popular en el conocido como 'crimen de los tirantes' han declarado culpable a Rodrigo Lanza, pero han descartado el delito de asesinato por el que afrontaba 25 años de cárcel. Consideran que es autor de un delito de homicidio por imprudencia (penado con un máximo de 4 años de cárcel), ya que no tenía intención de matarle, aunque la lesión al caer al suelo del bar El Tocadiscos le provocó una fractura del cráneo que fue la causa más probable de la muerte de Víctor Laínez, cuatro días después, en el hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza.

Observan que actuó por motivos ideológicos, aunque mantienen que Lanza no vio los tirantes y que el motivo de la agresión pudo ser el encontronazo entre Laínez y Lanza en el que, según se dijo en el juicio, intercambiaron palabras de "facha" y de "sudaca de mierda". Tampoco consideran acreditada la existencia de la navaja que Lanza aseguró ver y, por lo tanto, no aceptan la defensa propia.

Es por ello que rechazan la atenuante de temor o pánico que Lanza propuso para rebajar una hipotética pena de asesinato por odio al que afrontaba inicialmente.

No obstante, entienden que actuó por la espalda, y por lo tanto que no pudo defenderse la víctima aquella madrugada del 8 de diciembre del 2017. Añaden que se ensañó con él una vez tumbado en el suelo inconsciente.

Añaden que la causa de la muerte fue un severo traumatismo craneoencefálico al caer a plomo contra el suelo, pero que no empleó un objeto duro o romo y, por lo tanto, que la lesión no es compatible con un mosquetón como llegaron a afirmar los forenses. .