La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 52 años acusado de delitos contra los derechos de los trabajadores, intrusismo profesional, estafa, blanqueo de capitales y contra la salud pública en Picassent, y ha liberado a las ocho presuntas víctimas de esa explotación laboral.

El detenido ejercía de falso médico y explotaba laboralmente a personas para trabajar en el campo, las cuales vivían en estado de insalubridad, puesto que cohabitaban en una vivienda ubicada dentro de la finca agrícola y trabajaban más de once horas diarias, según informa este martes la Guardia Civil.

La Inspección de Trabajo y Seguridad Social y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil iniciaron las actuaciones cuando tuvieron conocimiento de que varias personas estuvieron trabajando en una finca agrícola, propiedad de un individuo pakistaní, ahora detenido, las cuales realizaban jornadas de trabajo de más de once y doce horas diarias, sin ningún tipo de descanso semanal.

Los trabajadores percibían 750 euros mensuales y se les restaba 200 euros del salario en concepto de alquiler por el alojamiento de un lugar en el que convivían con insectos y roedores, con habitaciones sin ventanas y expuestos a las inclemencias del tiempo, unido, todo ello, a la vigilancia a través de cámaras en distintas dependencias del inmueble.

El denunciante de los hechos desempeñaba en la finca funciones de agricultor y de auxiliar sanitario sin contar con titulación alguna para ello cuando así se lo requería el detenido, en un chalet alquilado por este y habilitado como clínica médica clandestina donde el ciudadano pakistaní ejercía como médico especializado en el tratamiento de distintas dolencias.

A esta clínica acudían pacientes con problemas de articulaciones, e incluso, con dolencias coronarias o diagnosticadas de cáncer y eran sometidos a tratamientos médicos. En su mayoría, los pacientes que acudían a la clínica provenían de Inglaterra y se desplazaban desde este país exclusivamente para someterse a los tratamientos ofrecidos, los cuales pagaban entre 10.000 y 20.000 libras (11.170 a 22.340 euros) por el tratamiento recibido.

Durante la investigación, se obtuvo información de los distintos organismos competentes de que el detenido no se encontraba inscrito en el Colegio Oficial de Médicos de Valencia ni en ningún colegio español. También se corroboró que el chalet alquilado por el detenido y habilitado como clínica médica clandestina ubicado en Picassent no aparecía inscrito en el Registro Autonómico de Centros, Servicios y Establecimientos Sanitarios de la Comunitat Valenciana.

Durante los registros se intervino, entre otros materiales, diversa documentación médica relacionada con el detenido, cientos de productos y sustancias medicinales (entre ellos suplementos dietéticos y nutricionales no autorizados en España), grandes cantidades de material, instrumental y aparatos médicos (como agujas, jeringuillas, goteros y aletas de vías intravenosas).

Asimismo, se hallaron 50 lingotes de plata de un kilogramo cada uno, con un valor total aproximado de mercado de 33.100 euros; 89 lingotes de oro de cien gramos cada uno, de valor total aproximado de mercado de 418.923 euros, además de 5.085 euros en metálico y diversas joyas.