Crisis del coronavirus

Dos policías agredidos en Valencia por exigirle a un vecino que llevara mascarilla

Ambos agentes han cursado la baja laboral | El detenido también intentó agredir al personal sanitario en el ambulatorio

Efectivos policiales de Carcaixent, en una imagen de archivo

Efectivos policiales de Carcaixent, en una imagen de archivo / Levante-EMV

Levante-EMV / Alzira

Dos agentes de la Policía Local de Carcaixent, en Valencia, resultaron heridos tras sufrir la agresión de un viandante al que solicitaron que se pusiera una mascarilla. El individuo fue detenido y ha quedado en libertad con cargos tras su paso por los juzgados.

Los hechos se produjeron a primera hora de la tarde del pasado jueves, día de Nochevieja. El consistorio anunció, la jornada anterior, una mayor vigilancia policial debido al incremento de casos de coronavirus detectados en el municipio. De ese modo, la patrulla, que acababa de iniciar su turno, inició su ronda en uno de los puntos con más afluencia, como es el Passeig.

Los agentes comprobaron que se cumpliera la normativa anti-Covid en bares y restaurantes ante la previsible afluencia propia de las celebraciones festivas. Tras revisar cuestiones como aforos, el uso de mascarilla o la distancia entre comensales, entre otras, se dirigieron al vehículo policial. Fue entonces cuando se encontraron ante un grupo de personas, una de las cuales no llevaba mascarilla, "ni siquiera una mal colocada, con la nariz fuera o en la barbilla", detallaron fuentes policiales consultadas por Levante-EMV.

En estas situaciones, los guardias optan en primer lugar por la vía pedagógica y recuerdan al ciudadano en cuestión que debe portar una mascarilla. Solo en casos que se consideran flagrantes proceden a interponer denuncias. Y eso fue, precisamente, lo que ocurrió. Los agentes se dirigieron hacia el individuo y le instaron a utilizar un protector facial. Pero se encontraron con una repetida negativa.

Con gritos como "no me pasa por los huevos" o "a mí dejadme estar" mostró su rechazo a acatar la orden de la autoridad, por lo que los agentes procedieron a su identificación para proponer la sanción. De nuevo, el susodicho optó por la desobediencia y, tras continuar con sus improperios a escasos centímetros de la cara de uno de los agentes, le propinó un golpe en el pecho que lo tumbó.

El segundo de los agentes intentó reducirlo, aunque el escenario no mejoró. A duras penas, y sometidos a un forcejo y una lluvia de golpes incesantes, lograron introducirlo en el vehículo policial. No obstante, el episodio de violencia se encontraba inconcluso. Al acudir al centro de salud, intentó agredir también al personal sanitario, que finalmente optó por administrarle un calmante. Al día siguiente, el detenido se presentó ante el juez, que ordenó su puesta en libertad con cargos.

Reclamación laboral

La intervención se zanjó con los dos agentes heridos y de baja. Uno de ellos sufrió una luxación en la mano mientras que el otro, que recibió varios golpes, se resintió de una antigua lesión en la rodilla. "La situación se tradujo en dejar sin patrulla a la localidad durante la tarde de Nochevieja, ya que existe una gran carencia de medios humanos y materiales. De hecho, no se pudieron atender muchas de las llamadas de la ciudadanía, que se tuvieron que desviar a la Guardia Civil", denunciaron las mismas fuentes policiales.

Asimismo, representantes del cuerpo explicaron que el lunes se presentó un escrito en el registro del ayuntamiento dirigido al alcalde de Carcaixent en el que se manifiesta, además de esta situación que consideran precaria (aunque reconocen que es un escenario bastante extendido entre las plantillas municipales), la necesidad de reponer la pistola taser que se rompió hace aproximadamente un año. "En un caso como este, la intervención se habría saldado por la vía rápida, sin lesiones para los agentes y tampoco daños para el agresor, ya que este tipo de armas no tienen efectos perniciosos para su salud. Pero, al final, los compañeros se quedaron en cuadro en una fecha señalada. Todo esto redunda en desmotivación de la gente y en un mal servicio", concluyeron.