Agresión

Agrede a tres sanitarios de Murcia que retiraron el velo a su mujer para atenderla tras romper aguas

"La señora no puso impedimento, pero el marido nos empujó y gritó que éramos racistas y que no respetábamos sus tradiciones", cuenta uno de los atacados.

Ambulancia el Servicio Murciano de Salud.

Ambulancia el Servicio Murciano de Salud. / R.D.C.

A.L.H.

Sanitarios del Servicio de Urgencias de Alhama de Murcia han denunciado a un vecino de la localidad por agresión y amenazas, ya que, según explican, intentó pegarles, les empujó y les insultó cuando se desplazaron a su domicilio a atender a su esposa, que estaba a punto de dar a luz.

Las víctimas: una doctora, un enfermero y un técnico. Uno de los tres sanitarios agredidos detalló que recibieron un aviso de que «una señora había roto aguas y no tenía coche» para desplazarse al hospital. La parturienta, de credo musulmán, llevaba un velo que le cubría la cabeza y el cuello. Fueron con la ambulancia a una vivienda ubicada en el casco urbano del pueblo, la bajaron a la calle, la acostaron en la camilla y «el pañuelo nos estorbaba», para atender a la paciente, pues dificultaba la tarea de los profesionales a la hora de colocar a la mujer tanto la mascarilla que había de llevar, debido a la pandemia de Covid, como otros aparatos médicos necesarios para la atención en el parto. «La señora no puso ningún impedimento» en retirarse el hiyab, relató el sanitario, pero sí su esposo, que «me empujó, nos dijo que éramos racistas y que no respetábamos sus tradiciones». 

El sujeto, además, se negaba a que su mujer fuese en la ambulancia porque dos de los sanitarios eran hombres

Se puso tan violento que los sanitarios tuvieron que avisar a la Policía Local, que se personó en el lugar. «Vámonos, que el niño nace», rememora uno de los agredidos que dijeron. La criatura llegó al mundo horas después en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Los sanitarios atacados se desplazaron al cuartel, para formalizar la denuncia contra el vecino, de 39 años de edad y origen marroquí. «Es la primera vez que un hombre se preocupa más por un pañuelo que por su hijo», lamentan.