Asesino en serie

El juez deja en la cárcel al asesino de Marta Calvo para que no vuelva a matar

El magistrado prorroga durante dos años más la prisión provisional de Jorge Ignacio P. J. por el "notable" riesgo de fuga ante las condenas que afronta, para proteger a las víctimas y por el peligro de reiteración delictiva

Jorge Ignacio P. J., en diciembre de 2019, saliendo esposado de la casa de Manuel donde mató a Marta.

Jorge Ignacio P. J., en diciembre de 2019, saliendo esposado de la casa de Manuel donde mató a Marta. / VICENT M. PASTOR

No sólo hay riesgo de que huya ante la enorme condena que le espera, sino peligro de que vuelva a matar. Esas son las dos razones de peso que ha tenido en cuenta el juez de Instrucción número 20 de València, que ha coordinado la investigación contra el presunto asesino en serie Jorge Ignacio P. J., acusado de los asesinatos consumados de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, y de los intentados de seis mujeres más, para decretar que continúe en prisión hasta la celebración del juicio, previsto, tal como ha venido informando este diario, para dentro de unos meses —probablemente, para después del verano—.

El juez, tal como adelantó este viernes Levante-EMV en su edición digital, dictó el auto de prórroga de la prisión provisional solo unas horas después de que se celebrase la vista para decidir qué hacer, ya que el próximo 3 de diciembre se habrían cumplido dos años desde que el presunto asesino en serie se encuentra privado de libertad.

La fiscal y las cuatro acusaciones particulares, ejercidas por los letrados Pilar Jové, Vicente Escribano, Juan Carlos Navarro y Candela Estévez en nombre de las víctimas y sus familias, coincidieron en argumentar la necesidad de mantener al acusado en prisión por el evidente riesgo de fuga que deriva de la gravedad de los delitos que se le imputan y la pena que les corresponde. De hecho, todas las acusaciones van a pedir la prisión permanente revisable, lo que significa pasar un mínimo de 25 años en la cárcel antes de que la condena sea reexaminada.

La madre: "Insuficiente arraigo"

El juez no solo ha dado por bueno ese argumentario de las acusaciones poniendo el acento en que es más probable que se fugue y eluda la acción de la Justicia por su "falta de arraigo familiar, social y laboral en València" o el "insuficiente arraigo" que supone que su madre viva en Palma, sino que ha ido un paso más allá y ha añadido una segunda razón para no dejarlo en libertad: el peligro cierto de que vuelva a matar.

Esgrime, así, el magistrado que "no resulta descartable un posible riesgo de reiteración delictiva», que basa en el hecho de que la investigación haya revelado la existencia de «al menos, nueve víctimas, tres de ellas fallecidas, utilizando el mismo mecanismo", esto es, "con la utilización de sustancias y su introducción inconsentida en su cuerpo.

Y ello, insiste, "pese a que con ocasión de dichos encuentros se produjo y tuvo consciencia del fallecimiento de hasta tres mujeres, constando que tuvo diversos encuentros después de los primeros dos fallecimientos y, que efectuó llamadas [al menos a tres mujeres distintas] para tener nuevos contactos incluso después del fallecimiento y descuartizamiento de la última víctima", Marta Calvo. Dos de esas llamadas buscando nuevos encuentros sexuales con cocaína las hizo en los minutos siguientes a la muerte de Marta, de hecho.

La conclusión del juez es directa: "No es por tanto descartable que, acordada su libertad provisional, pudiese intentar llevar a cabo nuevos actos de carácter similar a los que han derivado en su imputación".

El juez también ha tenido en cuenta la necesidad de proteger a las testigos —las supervivientes—, dado que todas ellas residen en València o cerca, por lo que dejar en libertad a Jorge Ignacio P. J. sería permitirle tener acceso a ellas para, como mínimo, coaccionarlas, así como la ocultación de medios de prueba dado que, recuerda, el cuerpo de Marta "de cuyo destino él es el único conocedor" sigue sin aparecer dos años después «pese a los exhaustivos e infructuosos intentos policiales» por localizar sus restos.