Un hombre arrolla mortalmente en Navarra a un motorista, se da a la fuga y muere días después en otro accidente

Fue el 6 de septiembre cuando un vecino de la localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros atropelló a un motorista de la localidad navarra de Cortes identificado como Juan Tomás Peña, de 69 años de edad y, aunque no falleció en el momento, sí que lo hizo al cabo de un mes en el hospital de Tudela. El responsable de este atropello mortal, que se dio a la fuga, murió a los pocos días tras sufrir otro accidente el pasado 11 de octubre con una motocicleta.

Ahora, los agentes adscritos a Atestados de la Policía Foral en Tudela han remitido recientemente al juzgado un atestado en el que se prueba la autoría desde atropello ocurrido en Cortes, en la NA-5222. Posteriores indagaciones han concluido que el responsable viajaba con su pareja sentimental, que fue citada en la comisaría de Tudela para ser investigada como autor de un delito de omisión de deber de socorro.

El primer siniestro mortal

El siniestro se produjo en la noche del 6 de septiembre y consistió en un atropello a una moto, cuyo conductor, vecino de Cortes, fue trasladado al hospital de Tudela. En el lugar se personó una patrulla de tráfico, que recogió manifestación a un testigo que aportó modelo, color y parte de la matrícula del turismo implicado que huyó del lugar, indicando además que viajaban un varón y una mujer como copiloto.

El equipo de atestados comenzó una ardua investigación para identificar al vehículo, desde el análisis de cámaras cercanas hasta un cribado de matrículas coincidentes con el modelo y color. Como consecuencia de las pesquisas se supo que podía tratarse de un vecino de Ejea de los Caballeros, para lo cual se solicitó la colaboración de la Guardia Civil.

Mientras, el responsable del atropello mortal sufrió un accidente el 11 de octubre con una motocicleta, siendo ingresado en un hospital de Zaragoza, donde fallecía al día siguiente. La Policía Foral solicitó al juzgado una autorización para analizar su teléfono móvil, donde se pudieron constatar pruebas que lo incriminaban, entre otras, su estancia en la zona del accidente inicial.

Se supo finalmente que había escondido el vehículo en un cobertizo de Ejea, donde había comenzado a desmontarlo. Los agentes apreciaron un golpe en la aleta compatible con el atropello al ciclomotor, por lo que se confirmaban todas las sospechas.