Maltrato animal

La Policía de Palma libera a Tom, un perro mestizo que llevaba diez años encadenado y a la intemperie en una finca rústica

Agentes localizan al animal en una casa de la barriada de Son Anglada y abren expediente al propietario por si procede sanción por maltrato | Voluntarios de Son Reus, donde el can ha sido trasladado, advierten de que no será fácil recuperarlo, pero no cierran la puerta de la esperanza

Tom, el perro mestizo que ha permanecido durante diez años encadenado a la intemperie en una finca de Son Anglada, en Palma.

Tom, el perro mestizo que ha permanecido durante diez años encadenado a la intemperie en una finca de Son Anglada, en Palma.

Miguel Vicens

La vida de Tom, un perro mestizo de diez años de edad, era una condena tan larga como su propia existencia. Su mundo se reducía a los cuatro metros de diámetro en los que había sido confinado y encadenado. A los tres meses de vida, cuando todavía era un pequeño cachorro, Tom fue encadenado por su propietario en los exteriores de una finca de la barriada de Son Anglada, en Palma. Y de allí no se había podido mover nunca, más allá del radio de lo que le permitía su ligadura de hierro, una década entera atado, siempre a la intemperie, en verano y en invierno, solo con una caseta en la que no se podía refugiar porque era demasiado pequeña.

La condena de Tom, un mestizo de color negro muy similar a un pastor mallorquín, terminó el pasado 3 de enero, cuando fue liberado por una unidad de la Policía de Barrio de Palma que descubrió su presencia y las condiciones lamentables en las que vivía en una finca rústica de Son Anglada, entre las barriadas de Son Roca y el Secar de la Real.

Según el relato policial, el propietario admitió que no le había dado un trato adecuado en toda su vida. Y renunció a él. Y los agentes abrieron un expediente del caso, lo remitieron a Sanidad Animal por si procede sanción por maltrato animal para el propietario y desencadenaron finalmente a Tom, que en la primera imagen que le tomó la Policía Local se deja acariciar por debajo de la barbilla.

Los agentes de la Policía Local trasladaron a Tom al Centro Sanitario Municipal de Protección Animal de Son Reus, donde intentará recuperarse y buscará una segunda oportunidad con una familia que sepa quererlo. Entró en Son Reus con cara de sorpresa, con esa imagen fue fotografiado para su ficha de ofrecimiento en adopción y asignado a la jaula 51. A partir de ahora los voluntarios del centro le enseñaran a pasear, a convivir con los 154 perros que esperan una adopción y a socializar con personas. Aunque como estos señalan no será una tarea fácil.

Tom, al entrar en el Centro Municipal de Recuperación Animal de Son Reus

Situaciones que "suelen ir asociadas al maltrato y a una deficiente alimentación"

"No hace mucho nos encontramos con un caso muy parecido al de Tom", explica Loretta Falasco, presidenta de la Asociación Peluditos de Son Reus, que promueve la adopción responsable y realiza una labor de voluntariado. "Era un pastor mallorquín, un ca de bestiar, también maduro, que había estado toda su vida encadenado y tenía lesiones de perdigones en las piernas", explica. "No fue fácil que aprendiera a socializar con personas y otros perros y nunca acabó de adaptarse", lamenta. "Estas situaciones por lo general suponen también que los perros han sufrido condiciones de malos tratos y alimentación muy deficiente", advierte. "Además -añade- en aquel caso el perro sufría reuma y una lesión en una vértebra por todos los años en los que había permanecido encadenado a la intemperie", comenta.

"Pero todo dependerá del carácter del perro y de cómo se adapte a su nueva vida", resuelve Loretta Falasco, que no cierra la puerta a que Tom pueda tener una segunda oportunidad con una nueva familia.