Investigación

Condenado por manosear a su hijastra de 12 años en Zaragoza y masturbarse a su lado mientras dormía

La sentencia impone cuatro años de cárcel y una indemnización de 6.000 euros

El condenado, José Javier Vera, durante el juicio en la Audiencia de Zaragoza.

El condenado, José Javier Vera, durante el juicio en la Audiencia de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

A. T. B.

Una adolescente que ahora tiene 16 años tardó cuatro en revelar los tocamientos con los que era vejada por parte de la pareja sentimental de su madre y todavía le hicieron falta dos meses más para terminar denunciando los hechos ante la Policía Nacional en abril de 2021 con un episodio detonante: una masturbación del procesado mientras ella dormía en su habitación. Ahora la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a José Javier Cuadra, de 53 años y nacionalidad española, a cuatro años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual a una menor de 13 años. Además, deberá indemnizar a la víctima con el pago de 6.000 euros y también se le ha impuesto una orden de alejamiento de 200 metros durante los próximos seis años. Tanto el ministerio fiscal como la acusación particular, ejercida por el letrado Francisco Javier Navarro, solicitaban inicialmente cinco años de prisión.

El condenado comenzó internándose en el cuarto de baño mientras la niña se duchaba al mismo tiempo que profería comentarios sobre su cuerpo y genitales. Especialmente, recordó durante el juicio celebrado el pasado 21 de abril que José Javier hacía bromas con el tamaño de sus pechos. Incluso llegó a manosearla.

También le regaló un vibrador, le dejaba el Ipad con páginas porno abiertas y le contaba que su madre no quería practicar sexo oral con él así como también le enumeraba sus anteriores experiencias sexuales. Ya cuando se enteró de que la menor tenía novio, le preguntaba sobre su vida sexual con preguntas del tipo «¿Se la has chupado?» o «¿te lo has follado?».

Todos estos episodios eran desconocidos para sus padres –divorciados–, ya que la víctima tenía miedo de contarlo por miedo al carácter y la actitud del ahora condenado. Lo que sí hizo fue expresar a sus progenitores su deseo de vivir siempre con su padre, una custodia individual que le fue concedida con un régimen de visitas libre y flexible con su madre.

Precisamente, en una de estas visitas, en enero de 2021, José Javier aprovechó que se quedó solo en casa con la víctima y, mientras ella dormía, comenzó a masturbarse en el dormitorio de ella. La joven se despertó y le observó de pie junto a la cama, de modo que abandonó la habitación corriendo.

Al cabo de unos días, le contó a su psicóloga todos los episodios anteriores a esta masturbación y no fue hasta finales de marzo cuando reveló ese último acontecimiento. Fue en ese momento cuando el padre interpuso la denuncia ante la Policía Nacional.

En este sentido, los magistrados de la Sección Tercera han considerado que el relato es "absolutamente creíble" por lo que los hechos quedan acreditados dada la espontaneidad en la revelación, la inexistencia de animadversión hacia el procesado, la precisión y coherencia del relato y la corroboración por terceras personas como, por ejemplo, las psicólogas.

Respecto a la declaración de estas peritos, el tribunal provincial, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, argumenta que una de las psicólogas declaró que el relato de la víctima "cumple criterios para ser considerado creíble".

Esta misma psicóloga recordó que la joven se encontraba "muy mal y disparada a nivel de ansiedad" tras el episodio de la masturbación de enero de 2021 que todavía no le había revelado. Primero le encomendó la tarea de enumeras sus diez peores experiencias a lo largo de su vida –incluyó los abusos– y, en una sesión grupal, terminó verbalizando "todo lo que sucedió". Todas ellas constataron las lesiones autoinfligidas.