A cambio, precisó, el gobierno de La Habana deberá levantar las restricciones de acceso a la red para la población cubana.

En una alocución durante la celebración del 4 de julio, día nacional de EE.UU, el representante diplomático estadounidense aseguró que "lo único que hace falta es que el Gobierno de Cuba levante sus restricciones, pierda sus temores y comience a confiar en su propio pueblo".

"Anticipamos con alegría el día en que los cubanos puedan hacer uso libre de esas tecnologías", agregó Parmly, al señalar que "no es coincidencia que los gobiernos no democráticos del mundo buscan cualquier pretexto para bloquear o limitar el acceso a Internet".

Una fuente estadounidense informó hoy a Efe de que existe el precedente de una empresa norteamericana -ya desaparecida- que hace cinco años obtuvo una licencia de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC) que le permitía la instalación de Internet en Cuba.

A pesar de que aquella experiencia no prosperó por motivos que la fuente no especificó, la licencia continúa en vigor, por lo que podría ser utilizada por otra compañía.

Según la fuente, Internet "no forma parte del embargo", aunque hay aspectos legales que siguen "investigando" en Washington.

Los particulares cubanos no tienen permitido el acceso a Internet desde los domicilios, aunque los profesionales -fundamentalmente de los campos de la cultura, la educación y la salud- pueden conectarse a la intranet de Cuba y la mayoría de las más modernas tecnologías requieren licencias restringidas y especiales para su utilización.

Cuba culpa al bloqueo económico que EEUU mantiene contra la isla desde hace más de 45 años de la decisión de no permitir el acceso individualizado de su población a la Red, al limitar su capacidad de conexión a un enlace vía satélite con 65 Megabytes de salida y 124 de entrada.

La Habana ha denunciado que Washington impide el acceso de la isla a los cables internacionales de fibra óptica que la circundan, uno de los cuales enlaza Cancún (México) con Miami (EE.UU.) y pasa a solo 32 kilómetros de La Habana.

Cuba y Venezuela trabajan en la instalación de un cable de fibra óptica submarino con el propósito de que esté operativo en 2010 para conectar a ambos países y que, según fuentes cubanas, podría multiplicar por 3.000 su actual capacidad de enlace con el exterior.