Los habitantes de "El Internado", que en estos momentos viven la última temporada de la serie encerrados entre los muros del colegio, se toman mañana un descanso para volver, después del verano, con los últimos siete capítulos de una trama que promete un "gran final".

"El capítulo de mañana será casi un final de temporada, cargado de grandes giros que darán un vuelco a la serie y encaminarán la trama hacia el último capítulo", ha explicado hoy el productor ejecutivo de la serie Mariano Vaselga.

En el capítulo de mañana, Roque encerrará a sus amigos en los pasadizos y Hugo intentará matar a María.

"¿Conseguirá matar Hugo a María? Y lo haga o no, ¿Cuál es su objetivo? Estas cuestiones son las que responderán los últimos siete episodios de la serie, un final cerrado que emitiremos después del verano", ha señalado Vaselga, que adelanta que mañana se descubrirá la identidad "del saboteador" aunque quedará el interrogante en el aire de para quién trabaja.

Para la recta final, de la que en estos momentos se están grabando los tres últimos capítulos bajo un enorme secretismo que no permite visitas al rodaje, por miedo a filtraciones, y en el que cada actor recibe únicamente la parte del guión con su trama, Vaselga anuncia "muchas muertes", incluidas las de "personajes protagonistas".

"La serie va a tener un final muy cerrado, sin dejar nada a la imaginación del espectador. Queremos que el público piense en el último capítulo que ha merecido la pena seguir la serie, y para eso hay que satisfacer sus deseos pero no de la forma que esperan", ha afirmado.

Protagonizada por actores consagrados como Amparo Baró, Luis Merlo y Natalia Millán, la serie le ha servido a los jóvenes Martín Rivas, Elena Furiase, Yon González y Blanca Suárez -y la desaparecida del elenco Ana de Armas- para encontrar un sitio en la profesión.

"Ha sido mi primer trabajo profesional, me ha dado un montón de satisfacciones, me ha abierto puertas y ha significado aprendizaje y evolución. Le debo más de lo que yo pensaba", ha dicho Elena Furiase en una entrevista a Efe.

De cara a la final, Blanca Suárez confiesa no ser todavía "consciente" pero afirma tener la necesidad de "disfrutarlo", porque se acaba "y no vale estar cansado".

"Las cosas están tan liadas que no todo puede acabar bien. Habrá cosas que se resuelvan de forma feliz y otras que no, si pudiese escoger, optaría por un final trágico para mi personaje", ha señalado la actriz madrileña.

Yon González, por su parte, no se moja con el final de Iván, un personaje que le gustaba más al principio, "cuando era más cañero y todavía no había mostrado su cara dulce". "Ahora se parece más a mí", desvela.

"No tengo especial interés porque Iván se muera en el último capítulo, me da igual porque confío en los guionistas y sé que me van a escribir un gran final", ha afirmado González, que agradece los "retos dramáticos" que le ha brindado el personaje.

Del internado, cuyos decorados se destruirán a finales de agosto, momento en que finalice el rodaje, todos confiesan llevarse aprendizaje y "gente, rostros amigos", ha dicho Martín Rivas; pero también algo físico.

Martín Rivas se decanta por el anillo que lució en gran parte de la serie, y que su hermana Paula -en la ficción- encontró en el bosque, mientras que Yon González quiere conservar el uniforme para "enmarcarlo", porque le "ha cambiado la vida".

"Creo que llevarme el uniforme es demasiado, lo he hablado con Elena y nos hemos dado una vuelta por la cocina; y ya tenemos un par de cosas fichadas", afirma Blanca Suárez.