¿Qué tal le trata la popularidad?

Hay cosas que forman parte del sueldo y una de esas es la popularidad, con sus cosas buenas, como que te den la mejor mesa en un restaurante, y sus cosas malas, cuando están las 24 horas del día fotografiándote. Me disgusta que me pidan fotos en la playa o a las seis de la mañana, no es el mejor momento, ni físico ni mental. Con tanto móvil, la gente se ha convertido en posibles chivatos. Y eso que mi vida es normal y no tiene nada que esconder.

Alfredo Landa, Tony Leblanc, José Luis López Vázquez... ¿El cine español se queda sin mitos?

Al cine español le está pasando lo que a la copla hace unos años. Por eso hicimos aquellos programas-homenaje con Isabel Pantoja, momentos irrepetibles en los que estaban Juanito Valderrama, Marifé de Triana, Juanita Reina... En el cine llevamos una racha de desapariciones tremenda: María Asquerino, Paco Valladares, Sara Montiel... Será muy difícil que se vuelvan a dar esos mitos porque hoy el cine español ya no es lo que era. Hoy son más populares la gente de la tele que la del cine. ¿Quién va al cine hoy?

¿Por qué se rompió su amistad con Carmen Sevilla?

Carmen y yo fuimos amigos durante mucho tiempo pero tuvimos un desencuentro por el que ella me pidió perdón en privado y públicamente. Su forma de actuar, con mi salida de Cine de barrio, no fue la correcta. «Que Parada no se entere hasta el final», le dijeron. Carmen prefirió el programa que un amigo. Pero bueno... Me apena que no pueda estar en activo. Sé que su lucha contra el olvido (el alzheimer) es dura. En uno de mis cumpleaños recientes la recogí y cuando íbamos en coche me preguntó por qué había tantas luces en la ciudad. ¡Era Navidad! Se lo dije y al cabo de unos segundos insistió: «¿A qué se debe tanta luz?». Luego empezó a confundirme con otras personas. Aquel día noté que algo grave le pasaba.

Otra mujer ligada a su vida ha sido Sara Montiel. ¿Qué descubrió a su lado?

La generosidad. Sara fue mi madrina en muchos programas. En aquel tiempo ella estaba muy cotizada y yo no tenía dinero para lo que ella cobraba, pero eso nunca fue impedimento para que aceptara mis invitaciones. Cuando se casó con el cubano [Tony Hernández], en secreto, tampoco me falló, y eso que todos los medios se habían enterado la misma mañana. Pues no faltó a la cita. He tenido la suerte de conocer a grandes mujeres, como Sara, pero también a Pepa Flores, que me concedió la única entrevista desde su retirada; Rocío Dúrcal; Lina Morgan... A todas les encantaba venir a mis programas. «Contigo encontramos la popularidad», me decían. Era cierto. Aquellos programas rozaban el 41% de audiencia. Ahora hay programas de televisión que vas y no se entera nadie. Tienes que avisar tú: «Hey, que hoy salgo en la tele. ¿Me veréis?».

¿Visitaría a Isabel Pantoja en la cárcel?

Con Isabel he tenido una relación personal y amistosa, pero por cosas que sigo sin saber, y lo he preguntado 20.000 veces, se acabó. Me apena su situación ante la justicia. Tendría que ir a su casa, tocar a la puerta y decirle: «No me gustas cuando estás triste». Quizás haya cosas que Isabel no tendría que haber hecho. Yo ya la advertí: «Vete con cuidado». ¿Si iría a la cárcel a visitarla? Ella tiene gente más cercana que preferiría que la visitasen. En cualquier caso quiero recordar todo lo bueno que vivimos juntos. En una ocasión recibí una explicación acerca de nuestra ruptura pero no me pareció convincente. Al parecer no le gustaba que yo hablara con su amiga, Maite Zaldívar. Nadie me puede exigir con quien o con quien no tengo que hablar.

¿Qué votaría usted en un referéndum sobre la Monarquía?

No soy antimonárquico pero me parece que la Monarquía cada vez se queda más antigua y atrasada, en una situación indefendible, con unos privilegios que hoy no tienen sentido. De corazón, estoy más cerca de la República. Otra cosa es que le tenga un cariño muy especial a doña Sofía. Una vez me confesó que era seguidora mía, que siempre veía en palacio Cine de barrio. Me aseguró que fue gracias a mí que descubrió gran parte de la historia del cine español. Y me lo dijo delante del Rey. «Pues dígale a su marido a ver si viene a presentar la próxima película que emitiremos: ¿Dónde vas Alfonso XII?». Don Juan Carlos se excusó diciendo: «¡Cómo voy a ir a ese programa, tendría que ir a todos!». Años después volví a encontrame con la Reina, quien rompió el protocolo para acercarse y decirme: «Extraño mucho el Cine de barrio».