Su paso por el programa «Masterchef» ha hecho que su nombre se coteje entre los círculos más representativos de la cocina actual. El cocinero manchego, responsable del restaurante El Bohío, en Illesca, ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Gastronomía y el del mejor cocinero del año.

Su participación en Masterchef le ha llevado a ser más popular. ¿Cómo lo lleva?

Me lo tomo como casi todo en la vida, con bastante naturalidad. Hay días que trabajo más horas, la gente me para por calle para hacerse una foto y decirme que le ha encantado el programa, pero tampoco le doy más importancia. Creo que la televisión es un medio como cualquier otro, aunque si que es verdad que si te vuelves muy tonto en la tele es porque ya entrabas tonto.

¿Cree que la crisis económica actual le impone severos límites a la cocina de autor?

Si, por supuesto. Esto ha sido un palo gordo a la cocina de autor. Nos ha dado en la zona de explotación a todos. Creo que marcará una manera de hacer la cocina, y habrá un antes y un después. Se ha vendido demasiado humo en este país y se ha dejado atrás la realidad de lo que debería ocurrir, por eso han habido muchos estrellazos.

¿Porque El Bohío?

El bohío es una cabaña, una chabola cubana hecha de cañas y barro. Mi abuelo emigró a Cuba siendo un niño, mi madre nació en la Habana y por eso decidieron darle ese nombre. Ya en el año 1936 existía el Bohío, como bar mesón, imagínate como era en esa época.

¿Es cierto que le han agradecido los de sanidad su insistencia por la higiene en la cocina?

Personalmente no, pero intento ser muy exigente con los míos.

¿Cómo es su cocina?

Yo no soy el que deba poner los adjetivos a mi cocina. Hago lo que me gusta, lo que siento, lo que he aprendido. Siempre vinculado a la tierra, a Castilla y a Castilla - La Mancha. Me gusta que la cocina sea muy moderna, pero siempre con un hilo conductor que refleje el sabor y el gusto de una tierra de un sitio muy local, para intentar que la gente que pruebe mis platos no los pueda degustar en otros lugares donde haya una cocina de fusión o de evolución. Lo que más me gusta es que sea moderna con una fusión castellanomanchega.

¿Qué es más complicado conseguir una estrella Michelín o conservarla?

No lo sé, porque no le doy mucha importancia. Trabajo con una intensidad como si tuviera dieciséis estrellas o ninguna. A mi me han premiado con una y estoy encantado pero si me la quitasen mañana, no me gustaría por lo que significa, pero personalmente el nivel de cocina que tengo es para tener diecisiete. No puedes trabajar para una guía, lo difícil es mantener un restaurante en el tiempo.