Esta no es una serie más. Quizá no haya sobrepasado el 15 % de share durante sus emisiones en directo, pero El Ministerio del Tiempo de TVE ha conseguido extasiar a la crítica y conseguir un público fiel al margen de la pequeña pantalla que descarga la ficción o la ve en diferido en la página web de la televisión pública. El éxito de la primera temporada, con solo ocho capítulos que mostraban al auténtico Lázaro de Tormes, la Residencia de Estudiantes o la Armada Invencible ha permitido empezar esta semana a rodar la segunda temporada. De hecho, el director de la serie Marc Vigil, no descarta realizar más si la audiencia acompaña.

La premisa es original y arriesgada: un departamento gubernamental secreto cuyos funcionarios son agentes de incógnito que se dedican a viajar al pasado a través de puertas (oficiales, porque también las hay clandestinas) con el objetivo de impedir que cualquiera cambie la Historia de España en su beneficio. «Por las puertas no se puede ir al futuro», señala enigmático Vigil, porque, se dice en el primer episodio, El tiempo es el que es. Como protagonista, figura la patrulla formada por el sanitario Julián Martínez (interpretado por Rodolfo Sancho), la universitaria decimonónica Amelia Folch (Aura Garrido) y el espadachín de los Tercios de Flandes Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda). Como villana, Lola Mendieta (Natalia Millán), y como jefe, Salvador (Jaime Blanch).

En la nueva temporada, de acuerdo con el director, «no se pierde» la esencia de los comienzos, aunque veremos «avanzar a los personajes» y «cómo funciona el Ministerio, qué secretos esconde». La Historia cederá protagonismo a la intrahistoria, con una mayor profundización psicológica en los propios personajes, junto a la misteriosa relación entre Amelia y Julián, «la gran trama de la temporada». Vigil apunta que quieren mantener ese cóctel de historia y humor, elaborando «pequeñas películas» con un presupuesto no demasiado alto. Asimismo, se sabrá más del enlace del departamento con la Presidencia del Gobierno, Torres (Mar Saura). Sobre ella, Javier Olivares (creador de la serie junto a su fallecido hermano Pablo) ha señalado que «su ambición le hará llegar a cosas impensables». La existencia del Ministerio solo es revelada a Jefes de Estado y de Gobierno, aunque según el ideólogo, Francisco Franco la desconocía. Hombre comedido, Olivares ha señalado que la ficción «parece más cara de lo que es» y que no dejará cabos sueltos: «No podemos plantear dudas y dejarlas sin resolver».

Con todo, la nueva temporada contará en sus tramas con personajes históricos de primer orden, como Miguel de Cervantes y Napoleón Bonaparte, además de otros menos conocidos como el vidente Argamasilla. «Spínola (general al que se rindió la ciudad de Breda, escena inmortalizada en el cuadro de Las lanzas, de Velázquez, otro de los que regresan) vuelve a aparecer y va a tener un peso importante», añade Vigil. El asturiano no quiso revelar nada sobre Darrow, el misterioso espía protegido por el gobierno de EEUU que parece viajar por el tiempo sin necesidad de puertas. La patrulla habitual viajará a la época de la gripe española en los estertores de la Primera Guerra Mundial o revivirá los asesinatos de la madrileña calle de Antonio Grillo. Las posibilidades, sin embargo, son amplísimas, ya que, a través de las puertas que esconde en el subsuelo, el Ministerio puede viajar a cualquier lugar que es o haya sido España, así como a naves de pabellón nacional. Olivares adelanta que irán más lejos hacia el pasado -hasta ahora no se ha retrocedido más allá del siglo XI-. No obstante, al volver atrás mucho, aparece un problema añadido: la inexistencia del propio idioma castellano.

Vigil no desvela que está abierta la selección para el tercer capítulo. También declaró que por ahora no habrá capítulos de precuela, pero que le «gustaría» contar una historia en esa dirección. Se ha confirmado la presencia de los actores Hugo Silva (en el segundo capítulo) y Sergio Peris-Mencheta, que interpretará al Cid. También se ha convidado a los guionistas de Ocho apellidos vascos Borja Cobeaga y Diego San José. El último capítulo de la serie ya dio el campanazo con un cameo de Jordi Hurtado, jugando con la leyenda urbana de su inmortalidad.

En torno a El Ministerio del Tiempo se ha creado todo un fenómeno fan, con arte, fanfics (tramas inventadas por los espectadores) e incluso un juego de rol. Sus seguidores son muy activos en las redes sociales y se autodenominan ministéricos. Vigil confiesa que no se esperaba una acogida tan cálida, que califica de «alucinante». Para el asturiano es un gran logro haber llegado a adultos que no suelen interesarse por la fantasía o la ciencia ficción, así como el valor divulgativo de la Historia de la ficción, «buscado desde el principio». En su opinión, la serie «no es un caso único, la ficción española cada día va a más». «Lo que hace diferente a la serie», y donde radica su éxito, «es lo que estamos contando y cómo, saliendo de los formatos tradicionales».

De momento, los ministéricos tendrán que esperar, porque el rodaje durará, por lo menos, siete meses para grabar trece capítulos. Su estructura narrativa será, de acuerdo con Olivares, discontinua: seis más dos más 5.