Dentro de cien mil millones de años, mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora, el Sol morirá en la más estricta soledad y se convertirá en una roca fría, oscura e inerte.

Una nueva simulación informática sobre el futuro lejano de nuestro sistema solar, cuyos resultados se publican en The Astronomical Journal, descubre que nuestra estrella será abandonada por la familia de planetas que lo orbitan.

Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que hasta ahora se pensaba serían testigos de la agonía y muerte del Sol, serán expulsados de sus órbitas estables por otras estrellas de la Vía Láctea que los alejarán del sistema solar.

La muerte sobrevendrá porque, dentro de seis mil o siete mil millones de años, el Sol agotará su combustible. Entonces se transformará en una gigante roja y absorberá a los tres planetas más cercanos: Mercurio, Venus e incluso la Tierra.

Luego los vientos cósmicos le arrebatarán casi la mitad de su masa y se convertirá en una enana blanca del tamaño que hoy tiene la Tierra. A continuación, se enfriará como si estuviera en una gran morgue cósmica durante miles de millones de años.

En ese estado, se ha convertido en un insignificante cuerpo celeste que no puede retener a sus ancestrales compañeros de viaje: Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno se alejan cada vez más atraídos por otras estrellas que rompen sus órbitas.

Una de las estrellas presentes en nuestra galaxia pasa cerca de nuestro sistema solar aproximadamente cada 20 millones de años: a su paso, irá despojando al Sol de los planetas que hoy le acompañan.

Según la nueva simulación, Júpiter sería el último en abandonar al Sol antes de ser definitivamente arrebatado del sistema solar por otra estrella: lo arrastrará por la galaxia hasta convertirlo en un planeta solitario.

Los tiempos cambian

Los tiempos cambian El sistema solar se formó hace unos 4.600 millones de años, cuando el universo, que en la actualidad tiene 13.800 millones de años, ya era viejo. Como todo cuerpo celeste, el Sol tiene también un plazo de vida: en algún momento se descompondrá y tendrá un final caótico.

La nueva simulación introduce otros tiempos en el proceso: el siglo pasado, una investigación estableció que la desaparición completa del sistema solar ocurriría dentro de un trillón de años. Ahora se calcula que desaparecerá mucho antes: dentro de 100.000 millones de años.

El escenario apocalíptico de su desaparición se configura por efecto de la pérdida de masa solar y por el paso de otras estrellas errantes: ambos factores producirán el completo colapso de nuestro sistema solar.

No lo veremos

No lo veremos Aunque los astrónomos han estado tratando de comprender el destino final del Sistema Solar durante al menos cientos de años, las escalas de tiempo les impiden hacer predicciones deterministas de las órbitas planetarias.

Sin embargo, el futuro de nuestro planeta es más previsible para los astrónomos: no será testigo de la muerte del Sol.

Se cree que, dentro de unos 4.000 millones de años, la vida en la Tierra se habrá extinguido completamente debido a una serie de factores potenciales.

Su agonía se iniciará dentro de mil millones de años, cuando un efecto invernadero provocado por el Sol hará que los océanos empiecen a evaporarse. Será el principio del fin.

Nuestro planeta no sobrevivirá a los cambios previstos en el sistema solar: la nueva investigación estima que la Tierra terminará sus días formando parte de las células muertas del cadáver solar. Ningún ser humano le llevará flores.

Referencia

Referencia The Great Inequality and the Dynamical Disintegration of the Outer Solar System. Jon K. Zink et al. The Astronomical Journal, Volume 160, Number 5, 2020 October 29. DOI: https://doi.org/10.3847/1538-3881/abb8de