Históricamente se ha pensado que la consciencia del compromiso social era una condición exclusivamente humana, y que los animales realizan actividades sociales únicamente con fines prácticos o utilitarios. Una investigación desarrollada en la Universidad de Neuchâtel, en Suiza, pone en duda este concepto y demuestra experimentalmente en primates no humanos, concretamente en monos bonobos, que existe consciencia del compromiso y que el mismo se reanuda cuando es interrumpido por algún incidente.

Según se explica en un comunicado, la investigación se desarrolló en el marco de una población de monos bonobos en una zona boscosa de Francia. Los resultados fueron publicados recientemente en la revista Science Advances. En el estudio, los científicos interrumpieron bruscamente a los primates mientras realizaban una actividad social con otro integrante de su comunidad, con el propósito de analizar sus reacciones.

El hallazgo es que los monos bonobos no solamente vuelven a realizar la actividad que interrumpieron por la señal de alerta emitida, sino que además buscan a la misma pareja con la cual estaban interactuando antes de la interrupción. Esta "fidelidad" demostrada por los primates deja en claro que comprenden el compromiso asumido con la otra parte y que están dispuestos a honrarlo.

Interacción social

En el caso de los seres humanos, la complejidad de la vida social nos muestra una gran cantidad de compromisos que se asumen entre dos personas. Desde el matrimonio, pasando por las relaciones laborales y hasta en el simple acto de disculparnos cuando tenemos que interrumpir una conversación por una llamada telefónica, la vida en sociedad gira en torno al concepto de entender que ciertas realizaciones o logros que se obtienen de forma colectiva serían imposibles de concretar de manera individual.

En los monos bonobos, la actividad social primordial es el aseo mutuo. Esta interacción se encuentra muy extendida entre los primates, y consiste básicamente en un "servicio de limpieza" que se realiza de forma recíproca entre dos animales. Mediante ese sencillo acto de retirar parásitos, suciedades o insectos del cuerpo del compañero o compañera, los monos asumen un compromiso social y profundizan lazos.

Los experimentos realizados por los científicos suizos consistieron en observar a un grupo de bonobos realizando este tipo de práctica social, para posteriormente emitir una señal estridente que logre dispersar al grupo. El propósito era comprobar las reacciones de los primates luego de finalizar la alarma: ¿volverían con la misma pareja con la que estaban interactuando o, por el contrario, se olvidarían de su compromiso y buscarían otro compañero?

Compromiso y consecuencias

Según Raphaela Heesen, una de las investigadoras a cargo del estudio, "descubrimos que luego de unos minutos de interrupción por la señal de alerta, los monos bonobos retoman la actividad social que habían iniciado, haciéndolo con la misma pareja. También comprobamos que producen señales de comunicación específicas para suspender y reanudar la interacción social», indicó.

Otro punto trascendental que se resalta en los resultados de la investigación es que, al igual que sucede en los seres humanos, los esfuerzos de interacción varían en función de las escalas y roles sociales. Esto confirma que los primates tienen cierto nivel de consciencia de las consecuencias que insume incumplir una obligación social, más aún si la misma se realiza junto a un integrante con cierto peso o liderazgo dentro de la comunidad.

Al respecto, Heesen agregó que "los monos bonobos demuestran una actitud similar a la humana en este punto. Está claro que no hacemos el mismo esfuerzo en disculparnos si interrumpimos una conversación con nuestro jefe que si lo hacemos con un familiar muy cercano. Esto sugiere que los bonobos tienen cierta consciencia de las consecuencias sociales de interrumpir el compromiso conjunto", concluyó.

Referencia

Bonobos engage in Joint Commitment. Heesen R, Bangerter A, Zuberbühler K, Rossano F, Iglesias K, Guéry JP, Genty E. Science Advances (2020).DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.abd1306

Video: Université de Neuchâtel.

Foto: Srinivasan Venkataraman en Unsplash.