Star Trek sale de la ciencia ficción

Star Trek sale de la ciencia ficción

Star Trek sale de la ciencia ficción

Eduardo Martínez de la Fe

Los científicos han descubierto una forma de superar la velocidad de la luz distorsionando el espacio tiempo en el que se desplaza una nave espacial, tal como ocurría en la serie de televisión Star Trek (1966).

Mediante este sistema, la nave espacial no cambia de universo, sino que simplemente genera una distorsión del espacio-tiempo que le permite aproximarse a su destino sin necesidad de recorrer toda la distancia que le correspondería en un viaje ordinario a través del universo.

Es como si, en el viaje Madrid-Barcelona, el AVE tuviera un motor de curvatura similar al de Star Trek, a través del cual distorsiona el espacio tiempo y acorta la distancia que separa a las dos capitales, permitiéndole recorrer el trayecto en cuestión de segundos.

Los ingenieros que han alcanzado esta proeza tecnológica se basan en un modelo propuesto en 1994 por el físico mexicano Miguel Alcubierre.

Se trata de un modelo matemático que, en teoría, permite viajes supralumínicos sin por ello violar las ecuaciones de Einstein en el marco de la Teoría General de la Relatividad.

El sistema propuesto por Alcubierre para los viajes espaciales se ha llamado «Warp Drive» (como el de Star Trek), también conocido como Impulso Warp.

Burbuja espacial

Burbuja espacial Alcubierre planteaba en su modelo una burbuja de deformación del espacio tiempo que, hipotéticamente, podría crear una nave espacial para acelerar sus desplazamientos a través del universo viajando dentro de esa esfera imaginaria.

El sistema consistiría en conseguir que una nave espacial, en vez de acelerarse propiamente a una velocidad superior a la de la luz, pueda acercar o alejar planetas mediante la distorsión del espacio en el que se encuentran estos cuerpos celestes.

De esta forma, la nave espacial llegaría a su destino mucho antes, como si se hubiera superado la velocidad de la luz en su desplazamiento a través del universo.

Para conseguir este resultado, el modelo Alcubierre se vale de una fuerte dosis de energía negativa, que se cree forma parte de los agujeros de gusano y permite los viajes a través del tiempo mediante la distorsión espaciotemporal del entorno cósmico.

La energía negativa permitiría que el espacio se expanda y contraiga más rápido que la luz, mientras mantiene la integridad de todos los planetas y estrellas, que no se verían afectados por la distorsión espaciotemporal creada por la nave, según Alcubierre.

¡No es necesaria!

¡No es necesaria! Lo que plantea la nueva investigación, tal como se explica en un comunicado, es que, para conseguir la distorsión del espacio-tiempo, no es necesaria la energía negativa que hasta ahora la hacía imposible.

Por lo tanto, según estos investigadores, los viajes supralumínicos ya se salen del campo de la ciencia ficción y entran de lleno en el campo de la ciencia porque el Impulso Warp se vuelve físico.

“Si bien todavía no podemos romper la velocidad de la luz, no necesitamos hacerlo para convertirnos en una especie interestelar”, explica Gianni Martire, uno de los autores de este desarrollo tecnológico.

Para superar la velocidad de la luz en los desplazamientos espaciales, la nueva investigación sustituye la energía negativa que planteaba Alcubierre por un campo gravitacional muy fuerte que distorsiona un espacio tiempo de dimensiones colosales.

Sin embargo, la cantidad de masa requerida para conseguir el efecto supralumínico equivaldría al tamaño de un planeta, advierten los científicos, un desafío que todavía no está resuelto.

Un posibilidad lejana, pero real

Un posibilidad lejana, pero real El astrofísico Alexey Bobrick, citado por ScienceAlert, dice al respecto: «si tomamos la masa de todo el planeta Tierra y la comprimimos en un caparazón con un tamaño de 10 metros, entonces la corrección a la tasa de tiempo en su interior sigue siendo muy pequeña, aproximadamente de una hora extra al año».

Eso significa que la posibilidad de viajar a otros planetas a una velocidad superior a la de la luz está todavía muy lejana, pero la nueva investigación ha dado un paso significativo al consagrar el Impulso Warp como una posibilidad científica real que en el futuro quizás podrá superarse.

Teniendo en cuenta que Star Trek se ha consagrado ya como una serie de ficción que fue capaz de anticipar muchos desarrollos tecnológicos que luego se hicieron realidad, como las pantallas táctiles, las redes informáticas, las puertas automáticas, los ordenadores personales e incluso los móviles y los CDs, o las comunicaciones espaciales, no sería extraño que el «motor de curvatura» en algún momento también forme parte de los desarrollos tecnológicos y nos permitan recorrer distancias espaciales a velocidades supralumínicas.

La investigación ha sido desarrollada por Applied Physics, un grupo independiente de científicos, ingenieros e inventores que asesoran a empresas y gobiernos en ciencia y tecnología para aplicaciones comerciales y humanitarias. Los resultados de su investigación se han publicado en la revista Classical and Quantum Gravity.

Referencia

Referencia Introducing physical warp drives. Alexey Bobrick, Gianni Martire. Classical and Quantum Gravity (2021) DOI:https://doi.org/10.1088/1361-6382/abdf6e

Foto: NASA