Recreando una montaña rusa

La Realidad Virtual penetra en los entresijos de las emociones humanas

Una experiencia intensa desata una actividad cerebral rítmica que determina su impacto en nuestra vida

Emociones intensas en una montaña rusa han sido analizadas gracias a la Realidad Virtual.

Emociones intensas en una montaña rusa han sido analizadas gracias a la Realidad Virtual. / Paolo Ghedini. Pixabay.

Redacción T21

Gracias a la Realidad Virtual, los investigadores han descubierto lo que pasa en el cerebro cuando vivimos situaciones emocionales intensas: una actividad neuronal rítmica determina el impacto de la experiencia vivida.

Científicos del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas han utilizado la realidad virtual para evocar emociones humanas de manera realista y calcular la fuerza de cada emoción a partir de señales cerebrales.

La experiencia de realidad virtual se basó en la simulación de lo que podría pasar en una montaña rusa: una serie de imprevistos precipitan al usuario hacia el abismo.

Los 37 participantes en el estudio vivieron esta experiencia con la ayuda de un casco de realidad virtual (VR), que les permitió reproducir ante sus ojos las imágenes virtuales de una montaña rusa en acción y vivir una experiencia emocional muy similar a la que habrían tenido si hubieran estado en una montaña rusa real.

El objetivo de la investigación era descubrir qué sucede en el cerebro de los participantes mientras experimentan situaciones emocionalmente intensas, como ocurría en la simulación virtual.

Esta aproximación es importante porque el mundo emocional humano es todavía un campo de intensas investigaciones debido a la importancia que tienen, tanto para la felicidad e infelicidad de las personas, como para los más diversos comportamientos.

Electroencefalografía

Los científicos alemanes utilizaron la electroencefalografía (EEG) para registrar las ondas cerebrales de los participantes durante el viaje en la montaña rusa virtual: así pudieron para determinar qué sucede en el cerebro durante el viaje.

Con posterioridad, se les pidió a los voluntarios que calificaran las emociones que habían experimentado durante el viaje virtual a bordo de la montaña rusa. Lo que importaba era determinar la fuerza de cada emoción vivida.

Los investigadores utilizaron asimismo tres modelos de aprendizaje automático diferentes para predecir las emociones de los participantes ante situaciones reales parecidas: lo consiguieron con una gran precisión gracias a los datos aportados por la EEG.

Los resultados del estudio mostraron que el grado en que una persona se excita emocionalmente se puede ver en una forma específica de actividad cerebral rítmica, las llamadas oscilaciones alfa.

Oscilaciones cerebrales

Las oscilaciones cerebrales recogen las fluctuaciones rítmicas de una neurona o grupo de neuronas que intervienen en una tarea.

En el caso de esta investigación, los investigadores determinaron que, cuanto menor es la fuerza de esta oscilación en la señal EEG medida, mayor será la excitación emocional.

"Los hallazgos confirman así investigaciones anteriores de experimentos clásicos y prueban que las señales también ocurren en condiciones más cercanas a la vida cotidiana", dice Simon M. Hofmann, uno de los autores del estudio, en un comunicado.

"Utilizando las oscilaciones alfa, pudimos predecir también la intensidad con la que una persona experimenta una situación emocional. Nuestros modelos descubrieron qué áreas del cerebro son particularmente importantes para esta predicción", añade.

Significativo avance

Este estudio aporta un significativo avance en las investigaciones históricas sobre cómo el cerebro humano procesa las emociones.

Hasta ahora, se han utilizado experimentos muy simplificados para conseguirlo: mostrar a los participantes fotos de escenas emocionales y registrar su actividad cerebral.

Todos estos estudios se han llevado a cabo en condiciones controladas de laboratorio, de modo que los resultados se pudieran comparar con facilidad.

El problema de estos trabajos es que las situaciones simuladas mediante fotos o videos no generan las mismas emociones que las experiencias de la vida real.

Y esta es la limitación superada en gran medida por la nueva investigación: ha podido penetrar en los entresijos cerebrales de las emociones provocando en los participantes experiencias virtuales que el cerebro vive como si fueran reales.

De esta manera, consiguió medir la activación cerebral simultánea a la vivida en un entorno muy próximo a la vida real. Las emociones se han evocado así de una forma más natural.

Aplicaciones tecnológicas

Los investigadores consideran que este descubrimiento permitirá desarrollos tecnológicos concretos, más allá de la investigación básica.

Las gafas de realidad virtual, por ejemplo, se utilizan cada vez más en terapia psicológica. La información neurofisiológica sobre el estado emocional de los pacientes podría conducir a una mejora en estos tratamientos.

Los terapeutas podrían, por ejemplo, obtener directamente una idea del sentimiento emocional durante una situación riesgo, sin tener que preguntarle directamente al paciente y así interrumpir el relato asociado a sus emociones.

Referencia

Decoding subjective emotional arousal from EEG during an immersive virtual reality experience. Simon M. Hofmann et al. eLife 2021;10:e64812. DOI: 10.7554/eLife.64812