Ciencias de la Tierra

El asteroide que terminó con los dinosaurios fue más destructivo de lo que pensamos

Una gran cantidad de azufre entró en la atmósfera y generó efectos desastrosos

Un pequeño Tyrannosaurus rex trata de sobrevivir luego del impacto de un asteroide, hace 66 millones de años. El asteroide hizo que aerosoles de azufre entraran en la atmósfera, provocando un enfriamiento global.

Un pequeño Tyrannosaurus rex trata de sobrevivir luego del impacto de un asteroide, hace 66 millones de años. El asteroide hizo que aerosoles de azufre entraran en la atmósfera, provocando un enfriamiento global. / Crédito: James McKay / Creative Commons.

Pablo Javier Piacente

Las secuelas del asteroide que eliminó a los dinosaurios de la faz de la Tierra fueron aún más brutales de lo que creíamos: cantidades masivas de azufre fueron arrojadas a la estratosfera. Posteriormente, una gran nube de gases bloqueó al Sol y enfrió la Tierra durante décadas o siglos, para luego caer como lluvia ácida y cambiar la química de los océanos.

Un grupo de científicos ha concluido en un nuevo estudio que el asteroide que impactó contra la Tierra hace 66 millones de años, terminando con los dinosaurios y desencadenando una extinción masiva que eliminó a cerca del 75% de los géneros biológicos, fue aún más devastador de lo que pensamos hasta hoy, en función de las teorías vigentes. Los investigadores creen que la cantidad de azufre que llegó a la atmósfera fue muy superior a la indicada hasta el momento: ese exceso provocó un cambio climático extremadamente perjudicial para la vida en el planeta. 

El impacto del asteroide generó el denominado cráter de Chicxulub, cuyo centro aproximado está ubicado al noroeste de la península de Yucatán, en México. El cráter mide más de 180 kilómetros de diámetro, en tanto que se estima que el asteroide que lo formó contaba con más de 11 kilómetros de diámetro. Queda claro que el evento ocurrido sobre finales del período Cretácico cambió la Tierra para siempre, pero ahora todo indica que sus consecuencias fueron aún más dramáticas. 

Más azufre y más devastación

De acuerdo a un artículo en Live Science, los científicos creen que hemos subestimado la cantidad de azufre que creó el impacto del asteroide. En una investigación publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), describen sus hallazgos con relación a la presencia de abismales cantidades de azufre en la estratosfera, que bloquearon la llegada de la luz solar y provocaron un intenso enfriamiento global

Pero esto no fue todo: a continuación, el azufre regresó a la Tierra en forma de una letal lluvia ácida, modificando el equilibrio químico de los océanos durante decenas de miles de años. Al parecer, las mayores concentraciones de azufre tienen que ver con el lugar donde se produjo el impacto: la piedra caliza rica en azufre presente en la península de Yucatán habría aportado la mayor parte de los aerosoles de azufre que entraron en la atmósfera terrestre. 

Los investigadores creen que si el asteroide hubiese golpeado en otro lugar del planeta, tal vez no se habría liberado tanto azufre a la atmósfera y el cambio climático que siguió no habría sido tan severo. En consecuencia, el evento de extinción de especies también habría sido menos traumático para la vida en la Tierra. 

Pequeños cambios

Los científicos llegaron a estas conclusiones al descubrir una señal muy inusual en muestras de sedimentos extraídas en la región de Texas, en Estados Unidos, relativamente cerca de la ubicación del cráter Chicxulub. Confirmaron que los isótopos de azufre identificados en las muestras tenían pequeños cambios inesperados en sus masas. Estas variaciones ocurren cuando el azufre ingresa a la atmósfera e interactúa con la luz ultravioleta (UV). 

Ese fenómeno solo puede suceder en dos escenarios: con una atmósfera que no tiene oxígeno o cuando las cantidades de azufre son tan elevadas que provocan que llegue a lo más alto de una atmósfera oxigenada. Teniendo en cuentas las características de nuestro planeta, los investigadores no tuvieron dudas: el azufre que impactó en la estratosfera llegó en cantidades mucho mayores y derivó en procesos de cambio climático más intensos y abruptos

Las estimaciones previas sobre los aerosoles de azufre que ingresaron a la atmósfera de la Tierra después del impacto del asteroide oscilan entre 30 y 500 gigatoneladas: al convertirse en aerosoles de sulfato, habrían causado un enfriamiento de la superficie terrestre de entre 2 a 8 grados Celsius, durante algunas décadas después del impacto. 

De acuerdo al nuevo hallazgo, que sugiere que la cantidad de azufre fue mucho mayor, el cambio climático podría haber sido aún más devastador, marcando el inicio de una serie de nuevas investigaciones que modifiquen la visión que tenemos actualmente sobre este complejo período de la historia de nuestro planeta. 

Referencia

Massive perturbations to atmospheric sulfur in the aftermath of the Chicxulub impact. Christopher K. Junium et al. Proceedings of the National Academy of Sciences (2022). DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2119194119