Arqueología

Nuestros ancestros creaban arte a la luz del fuego hace 15.000 años

Trabajar en esas condiciones habría tenido un efecto dramático en la forma en la que las personas prehistóricas experimentaron la creación de arte

En la imagen se pueden apreciar los niveles de luz ambiental y la posición de las plaquetas con diseños artísticos en relación con el fuego, en una réplica de las situaciones vividas por los pueblos prehistóricos hace 15.000 años.

En la imagen se pueden apreciar los niveles de luz ambiental y la posición de las plaquetas con diseños artísticos en relación con el fuego, en una réplica de las situaciones vividas por los pueblos prehistóricos hace 15.000 años. / Créditos: Needham et al., 2022, PLOS ONE, CC-BY 4.0.

Pablo Javier Piacente

Una nueva investigación ha revelado que los pueblos prehistóricos crearon intrincadas obras de arte a la luz del fuego, según un examen de 50 piedras grabadas desenterradas en Francia. Las piedras fueron talladas con diseños artísticos hace unos 15.000 años y tienen patrones de daño por calor, lo que sugiere que fueron elaboradas cerca de la luz parpadeante de un fuego.

Un grupo de científicos de la Universidad de York y la Universidad de Durham, ambas ubicadas en el Reino Unido, ha verificado que pueblos prehistóricos que vivieron hace 15.000 años en la actual Francia desarrollaron creaciones artísticas al calor del fuego. La intensa experiencia habría modificado su comprensión de las tareas creativas, que formaban parte de un conjunto de actividades socioculturales que se realizaban para escapar de las duras inclemencias del clima reinante. 

Arte en condiciones extremas

Se sabe que el arte, en sus múltiples expresiones, nos define como seres humanos: aunque otras especies son capaces de crear a su manera, la diversidad y complejidad de las disciplinas artísticas humanas alcanzan un nivel exclusivo de nuestra especie. Frente a esto, es llamativo que pueblos que habitaron en los albores de la humanidad hayan sido capaces de encontrar tiempo para crear arte, en el marco de una vida cotidiana marcada por la necesidad de hallar alimento y protegerse de las temperaturas extremas o los peligros de la noche.

De acuerdo a una nota de prensa, los investigadores liderados por el Dr. Andy Needham analizaron una colección de piedras grabadas, conocidas como plaquetas, que ahora se encuentran en el Museo Británico. Estas plaquetas habrían sido elaboradas con herramientas de piedra por el pueblo magdaleniense, una cultura temprana de cazadores-recolectores que data de hace entre 23.000 y 14.000 años.

Según el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Plos One, los científicos identificaron patrones de daño por calor alrededor de los bordes de algunas de las piedras. En principio, se pensó que esto era una evidencia de un incendio o un accidente similar, pero el trabajo de los investigadores permitió llegar a otro tipo de conclusiones. 

Al parecer, los experimentos con plaquetas de réplica mostraron que el daño era más consistente con una colocación deliberada de las plaquetas cerca de un fuego. ¿Para qué? Precisamente, para obtener la iluminación necesaria para crear arte en medio de cavernas y otros ambientes oscuros, los únicos refugios que existían en ese momento y en esa zona de Europa para escapar de un clima agresivo y descansar luego de un día intenso de caza y recolección.

El fuego como centro de reuniones y actividades creativas

Después de descubrir las piedras grabadas, los investigadores experimentaron con la reproducción de las mismas y utilizaron modelos 3D y software de realidad virtual, para recrear las plaquetas como las habrían visto e intervenido los artistas prehistóricos: bajo condiciones de luz junto al fuego y excavando en la roca hace miles de años.

La era magdaleniense vivió un florecimiento del arte temprano, desde el arte rupestre y la decoración de herramientas y armas hasta el grabado de piedras y huesos. Teniendo en cuenta esto y las conclusiones de sus experimentos, que les permitieron comprobar que las marcas de calor no habían sido realizadas por accidente, los investigadores verificaron que el fuego fue un elemento crucial para el desarrollo de las actividades creativas en ese período.

Aunque las personas estaban bien adaptadas al frío y usaban ropa abrigada confeccionada con pieles de animales, el fuego seguía siendo un elemento clave para mantener el calor en una época marcada por un clima extremo. Los hallazgos de los especialistas británicos refuerzan la teoría de que el cálido resplandor del fuego lo habría convertido en el centro de las comunidades por las noches, como un ingrediente infaltable en reuniones sociales de todo tipo.

Una experiencia visceral

En la actualidad, podríamos pensar que el arte se crea en condiciones ideales, en un lienzo en blanco a la luz del día o con una fuente de luz fija. Sin embargo, ahora sabemos que la gente hace 15.000 años creaba arte alrededor de un fuego por la noche, con formas y sombras parpadeantes. Crear arte en esas condiciones habría sido una experiencia muy visceral, activando diferentes partes del cerebro humano. 

Se sabe que las sombras y la luz parpadeante mejoran nuestra capacidad evolutiva para ver formas y caras en objetos inanimados, en un proceso llamado experiencia pareidólica: esto podría ayudar a explicar por qué es común ver diseños de plaquetas que han utilizado o integrado características naturales en la roca, dibujando animales o formas artísticas que funcionan como referencia de elementos de la naturaleza.

Referencia

Art by firelight? Using experimental and digital techniques to explore Magdalenian engraved plaquette use at Montastruc (France). Andy Needham et al. PLoS ONE (2022). DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0266146