Exploración espacial

Dos astronautas visitarán Marte durante un mes en 2030

La NASA diseña sus próximos objetivos para el planeta rojo y convoca a la industria para planificarlos

Ilustración artística de un puesto de avanzada tripulado en Marte. La NASA está trabajando para hacer realidad esa visión a fines de la década de 2030.

Ilustración artística de un puesto de avanzada tripulado en Marte. La NASA está trabajando para hacer realidad esa visión a fines de la década de 2030. / Créditos: NASA/Pat Rawlings.

Pablo Javier Piacente

La NASA se propone enviar dos astronautas a Marte la próxima década para una estancia de un mes en la superficie del planeta rojo, a bordo de un rover presurizado. La tripulación constará de cuatro astronautas, dos de los cuales quedarán en órbita después de un viaje de 500 días. Dispondrán de 25 toneladas de suministros depositados previamente por una misión robótica.

La agencia espacial estadounidense (NASA) ha establecido como uno de sus principales objetivos enviar dos astronautas a la superficie de Marte durante 30 días: esta primera misión tripulada al planeta rojo tendría lugar a fines de la década de 2030 o sobre 2040, según informa en un comunicado.

Aunque la “aventura marciana” suena realmente estimulante, en términos prácticos aún existen varios desafíos a resolver. Por ejemplo, con la máxima tecnología disponible actualmente el tiempo de viaje de ida y vuelta seguiría siendo de unos 500 días, teniendo en cuenta la distancia entre la Tierra y Marte.

Video: los objetivos de la NASA en Marte y la Luna para la próxima década. Créditos: NASA / YouTube.

Desafíos a superar

En ese sentido, los plazos del viaje y las características del planeta rojo configuran un escenario complejo para los astronautas. Por ejemplo, las condiciones de la gravedad durante el viaje y en Marte siguen siendo un problema importante, ya que la misión no dispondrá de un dispositivo para “desactivar” su impacto, como podría suceder en una serie de ciencia ficción.

En la realidad, los astronautas tendrán que soportar varios meses en condiciones de microgravedad y deberán afrontar un proceso de recuperación para lograr operar en la gravedad parcial de Marte, que equivale aproximadamente a un tercio de la gravedad que se experimenta en la Tierra. Para superar este inconveniente, la NASA sugiere que las tripulaciones podrían vivir en un rover presurizado durante su misión.

De acuerdo a lo expresado por los especialistas de la agencia espacial estadounidense, el rover presurizado serviría como refugio y sitio de acondicionamiento para lo astronautas, hasta que estén en condiciones de colocarse los trajes espaciales, caminar por el planeta rojo y llevar adelante los trabajos de exploración científica a lo largo de los 30 días de la misión.

De la Luna a Marte

Aunque el plan de la misión se encuentra en las primeras etapas y podría cambiar considerablemente, luego de las contribuciones que la NASA ha solicitado a los actores de la industria y a la comunidad científica, por el momento se prevé utilizar una nave espacial similar a un hábitat para transportar a los miembros de la tripulación hacia Marte. Según un artículo publicado en Space.com, para la propulsión se emplearía un cohete híbrido, que combinaría propulsión química y eléctrica.

En principio, el viaje incluiría a cuatro astronautas, pero solo dos de ellos descenderían a la superficie marciana. En tanto, aproximadamente 25 toneladas de suministros y hardware estarían disponibles y esperando a la tripulación en Marte, que serían entregados previamente por una misión robótica. Además, los dos astronautas en suelo marciano dispondrían de un vehículo de ascenso que les permitiría salir de Marte y volver a la órbita alrededor del planeta, donde estarán los otros integrantes de la tripulación que no descenderán a Marte.

Al parecer, la NASA cree que el trabajo lunar a desarrollarse en el transcurso de la década actual es esencial para prepararse para Marte: por eso, empleará el programa Artemisa enfocado en la Luna para probar distintas herramientas y tecnologías que posteriormente se usarán en el planeta rojo durante las décadas de 2030 y 2040.