Arqueología / Antropología

Revelan la evidencia más antigua de humanos cocinando con fuego

Hace casi 800 mil años, los humanos prehistóricos controlaban el fuego con el fin de cocinar alimentos y comprendían los beneficios de cocinar el pescado antes de comerlo

Un cráneo de carpa que pertenece a las colecciones alojadas en el Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv.

Un cráneo de carpa que pertenece a las colecciones alojadas en el Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv. / Crédito: Tel Aviv University.

Pablo Javier Piacente

Los restos de un pez similar a una carpa actual, descubiertos en el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov (GBY), en Israel, son la evidencia más antigua del uso controlado del fuego para cocinar alimentos por parte de seres humanos: provienen de hace aproximadamente 780.000 años. Hasta ahora, las primeras evidencias de cocción databan de hace alrededor de 170.000 años.

Un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Tel Aviv, en Israel, analizó los restos de un enorme pez carpa semejante a las variedades actuales, de 2 metros de largo, y comprobó que había sido cocinado por humanos antiguos hace 780.000 años. La presencia de otros restos de peces en la zona del hallazgo indicaría que el ser humano ya controlaba el fuego y conocía los beneficios de cocinar la carne antes de comerla, mucho antes de lo pensado hasta hoy.

Control del fuego y habilidades de cocción

Hasta el momento, las primeras evidencias de cocción de alimentos se ubicaban hace aproximadamente 170.000 años. Sin embargo, la definición exacta sobre cuándo el humano primitivo comenzó a usar el fuego para cocinar ha sido objeto de muchas discusiones científicas durante más de un siglo. Ahora, los hallazgos de esta investigación arrojan luz sobre el tema y podrían demostrar que estas prácticas son mucho más antiguas, según las conclusiones del nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Nature Ecology and Evolution.

De acuerdo al grupo de científicos, liderado por la Dra. Irit Zohar, los resultados de la investigación demuestran la gran importancia de los peces en la vida de los humanos prehistóricos, tanto para su dieta como para su estabilidad económica. Además, al estudiar los restos de peces encontrados en Gesher Benot Ya'aqob fue posible reconstruir, por primera vez, la población de peces del antiguo lago Hula y mostrar que este lago albergaba especies de peces que se extinguieron con el tiempo.

La gran cantidad de restos de peces descubiertos en el sitio demuestra su consumo frecuente por parte de los primeros humanos, quienes desarrollaron técnicas especiales de cocción. Estos nuevos hallazgos confirman no solo la importancia de los hábitats de agua dulce y los peces que contenían para el sustento del hombre prehistórico, sino que también ilustran la capacidad de nuestros antepasados para controlar el fuego con el fin de cocinar alimentos. También son una evidencia de su comprensión acerca de la importancia de cocinar previamente los ejemplares y no comerlos crudos.

Dientes reveladores

Según una nota de prensa, el equipo de investigadores postula que la explotación de peces en hábitats de agua dulce fue el primer paso en la ruta de los humanos prehistóricos fuera de África. El humano primitivo comenzó a comer pescado hace alrededor de 2 millones de años, pero el comienzo de la cocción del pescado, como se ha demostrado en este estudio, representó una verdadera revolución en la dieta de los humanos antiguos y es vital para reconstruir la historia de nuestros ancestros.

Los investigadores se centraron en los dientes faríngeos, utilizados para moler alimentos duros como conchas, presentes en peces antiguos de la familia de las carpas, cuyo representante actual es la variedad conocida con el nombre científico de Cyprinus carpio. Estos dientes fueron encontrados en grandes cantidades, en diferentes estratos arqueológicos del sitio analizado. 

Al estudiar la estructura de los cristales que forman el esmalte de los dientes, cuyo tamaño aumenta con la exposición al calor, los científicos lograron probar que los peces capturados en el antiguo lago Hula, adyacente al sitio arqueológico, estuvieron expuestos a temperaturas adecuadas para cocinar y no fueron simplemente quemados por un incendio espontáneo. La datación por radiocarbono confirmó que los restos tenían casi 800 mil años de antigüedad.

Un cambio cognitivo y cultural clave

Al mismo tiempo, el hecho de poder comprobar que la cocción del pescado se llevó a cabo durante un período tan largo e ininterrumpido de asentamiento en el sitio muestra una tradición continua de cocinar alimentos, reflejando el alto nivel cognitivo de los cazadores-recolectores achelenses que estaban activos en la antigua región del valle de Hula. 

La transición de comer alimentos crudos a ingerir alimentos cocidos tuvo implicaciones de gran importancia para el desarrollo y el comportamiento humanos. El consumo de alimentos cocidos reduce la energía corporal requerida para descomponer y digerir los alimentos, permitiendo que se desarrollen otros sistemas físicos. Además, conduce a cambios en la estructura de la mandíbula y el cráneo humanos.

Incluso, algunas teorías científicas sostienen que el consumo de pescado fue un hito clave en la rápida evolución cognitiva humana, proporcionando un catalizador central para el desarrollo del cerebro humano. Actualmente, las sustancias que aporta la carne de pescado, como los ácidos grasos omega-3, el zinc o el yodo, están ampliamente valoradas por su contribución al desarrollo del cerebro.

Referencia

Evidence for the cooking of fish 780,000 years ago at Gesher Benot Ya'aqov, Israel. Irit Zohar et al. Nature Ecology & Evolution (2022). DOI:https://dx.doi.org/10.1038/s41559-022-01910-z