Geofísica

Desaparecen los segundos bisiestos en el control del tiempo

Después de 2035, la hora mundial y la rotación de la Tierra diferirán en alrededor de un minuto

Sincrtonizar los relojes del mundo no es tarea sencilla.

Sincrtonizar los relojes del mundo no es tarea sencilla. / Gerd Altmann en Pixabay.

Redacción T21

Después de 2035, los segundos bisiestos que se añaden periódicamente para sincronizar los relojes de todo el mundo, desaparecerán durante un siglo, debido a los problemas técnicos que crean. Eso significa que, dentro de 13 años, la hora mundial y la rotación de la Tierra diferirán en alrededor de un minuto… hasta que se encuentre una solución.

Hasta ahora, los segundos intercalares o bisiestos han asegurado que el tiempo universal (UTC) permanezca sincronizado con la rotación de la tierra. Pero eso está a punto de cambiar: el Bureau International des Poids et Mesures (BIPM) ha decidido que el mundo puede prescindir de los segundos intercalares.

Eso significa que no debería haber más segundos bisiestos a partir de 2035 a más tardar, durante al menos cien años. Una pausa necesaria para ajustar los ritmos del tiempo tal como lo usamos cotidianamente.

Sin embargo, en la vida cotidiana y para la mayoría de las aplicaciones sensibles al tiempo, esto no tendría consecuencias notables, sobre todo porque las zonas horarias y el sistema de horario de verano e invierno implican cambios mucho mayores.

Un siglo

La BIPM pidió que se comience a trabajar en una propuesta de "un nuevo valor máximo de la diferencia (UT1-UTC) que asegure la continuidad del UTC durante al menos un siglo".

Se fijó el plazo de 2035 para formular ese valor máximo, y la 28ª Conferencia General de Pesos y Medidas en 2026 votará una resolución para hacerlo realidad.

Esta decisión tiene por objeto evitar problemas e irregularidades al convertir los sistemas digitales, pero podría significar que la hora mundial y la rotación de la Tierra diferirán en alrededor de un minuto dentro de 13 años, según los expertos.

Rotación variable

La rotación de la Tierra marca el ritmo de nuestro tiempo: un día dura 86.400 segundos, teóricamente. En la práctica, sin embargo, la velocidad de rotación de la Tierra varía.

Además de las influencias a corto plazo de las estaciones, los terremotos o las condiciones climáticas, la Luna tiene un efecto de frenado del tiempo a largo plazo.

Las fuerzas lunares de marea alargan nuestros días alrededor de 1,78 milisegundos por siglo. Al mismo tiempo, y en contra de esta tendencia, la rotación de la Tierra se ha acelerado significativamente en 2020.

Desde 1972 se han agregado 27 “segundos bisiestos” al Tiempo Universal para que la hora mundial oficial (UTC) se mantenga sincronizada con la rotación de la Tierra.

Cambio arriesgado e inconsistente

El problema, sin embargo, es que insertar un segundo bisiesto no es tan fácil para muchos sistemas digitales basados en relojes atómicos.

Dependiendo de cada país, empresa u organización, esto se ha gestionado de manera diferente hasta ahora. Como resultado, el segundo bisiesto puede dar lugar a desviaciones temporales de los distintos tiempos estándar.

Incluso si son solo fracciones de segundo, esto puede tener consecuencias importantes, por ejemplo, en el mundo financiero o en los sistemas digitales.

Problemas, problemas

También hay discrepancias en los sistemas de navegación por satélite: el sistema GPS ignora todos los segundos bisiestos, mientras que el sistema ruso GLONASS los sigue.

The Register recuerda al respecto que la incapacidad del sistema operativo de Linux de gestionar los segundos intercalares provocó problemas en 2012 y 2015. Y que en 2016 Cloudflare, una de las mayores redes de Internet, también tuvo dificultades cuando se enfrentó a la necesidad de agregar un segundo a sus sistemas.

Por lo tanto, eliminar los segundos intercalares ha estado en debate desde al menos 2013, con el argumento de que son más problemáticos de lo que solucionan y representan riesgos para los sistemas informáticos y de comunicaciones importantes.

Implementación abierta

Después de la decisión de la BIPM, en 2035 los organismos internacionales deberían acordar qué desviaciones se considerarán aceptables.

Además de la Conferencia General de Pesos y Medidas, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), que regula los aspectos técnicos de las telecomunicaciones, sería la encargada de la aplicación práctica de la pausa del nuevo segundo intercalar y de una posible nueva regulación.

Sin embargo: La votación en la CGPM no fue unánime: Rusia solo votó pausar el segundo bisiesto a partir de 2040 porque necesita más tiempo para los ajustes técnicos. Sin embargo, por el momento, la decisión de la BIPM sigue siendo válida. Queda por ver cuándo se implementará en la práctica y si todos los países lo aceptarán, destaca Scinexx.