Ciencias Planetarias

Aumenta el riesgo de impacto de un asteroide gigante contra la Tierra

Un nuevo estudio sugiere que las probabilidades de un gran impacto podrían ser más altas de lo pensado hasta hoy, aunque la hipótesis aún debe verificarse

Según sugiere un nuevo estudio, el cráter Zhamanshin en Kazajstán tiene 30 kilómetros de ancho (anillo rojo) en lugar de 13 kilómetros (anillo negro), indicando que el impacto que lo produjo habría sido mucho más potente de lo pensado.

Según sugiere un nuevo estudio, el cráter Zhamanshin en Kazajstán tiene 30 kilómetros de ancho (anillo rojo) en lugar de 13 kilómetros (anillo negro), indicando que el impacto que lo produjo habría sido mucho más potente de lo pensado. / Créditos: J. Garvin, C. Tucker, C. Anderson, D. Slayback y D. Mcclain/Nasa Goddard Space Flight Center; Maxar Worldview; Earthdem; Nasa Planetary Defense Coordination Office.

Pablo Javier Piacente

El análisis de nuevos datos satelitales indica que muchos cráteres de impacto creados en el pasado son decenas de kilómetros más anchos y registran eventos mucho más violentos con respecto a las estimaciones previas de los investigadores, un dato que incrementaría el riesgo de un nueva colisión destructiva. Si estos datos se confirman, cada impacto habría resultado en una explosión unas 10 veces más violenta que la bomba nuclear más grande de la historia, una fuerza suficiente como para expulsar parte de la atmósfera del planeta hacia el espacio. 

Una investigación presentada recientemente en la Conferencia de Ciencias Planetarias y Lunares 2023, celebrada en Texas, Estados Unidos, concluye que la Tierra tiene más riesgo de recibir un gran impacto de un asteroide de enormes dimensiones de lo que suponen en este momento los científicos. La idea se sustenta en un nuevo catálogo de imágenes satelitales de alta resolución, que muestra que los cráteres de impacto más recientes habrían sido mucho más grandes de lo estimado hasta hoy.

En el nuevo estudio, liderado por James Garvin, científico jefe del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, se identificaron grandes anillos alrededor de cuatro cráteres de impacto, creados hace un millón de años o incluso menos. Según los investigadores, los anillos implican que los cráteres son decenas de kilómetros más anchos y habrían provocado eventos mucho más violentos, con respecto a lo indicado por el conocimiento actual. 

Más impactos y más violentos

Como el agua y el viento esfuman rápidamente gran parte de las “huellas” de los cráteres de impacto en la Tierra, los científicos estiman las tasas de impacto al registrar el tamaño y la edad de los cráteres en la Luna. Al mismo tiempo, estudian las dimensiones de los asteroides en órbita cerca de la Tierra, que son posibles impactadores en un futuro incierto. A partir de los datos que aportan estos dos métodos, los especialistas estiman que una roca espacial de 1 kilómetro de ancho o más colisiona contra nuestro planeta aproximadamente cada 600.000 ó 700.000 años.

Sin embargo, el nuevo estudio de Garvin y sus colegas pone en duda esta estimación, al sugerir que solo en el último millón de años varios objetos de 4 kilómetros de ancho o más golpearon los continentes. Teniendo en cuenta además que dos tercios del planeta están cubiertos por agua, eso podría significar que se concretaron hasta una docena de impactos en la Tierra durante el período mencionado. 

Para llegar a sus conclusiones, los científicos utilizaron miles de imágenes estéreo superpuestas, desarrollando mapas en 3D de los cuatro cráteres. Luego de incorporar datos de dos láseres de medición de altura que la NASA opera en órbita, dotados con una tecnología capaz de penetrar la cubierta de los árboles, los investigadores obtuvieron mapas con una resolución de 4 metros. Al aplicar un algoritmo específico, identificaron una estructura anular similar a un borde mucho más lejos que el borde aceptado

Por ejemplo, un cráter de 800.000 años de antigüedad en Nicaragua, denominado Pantasma, creció de 14,8 kilómetros a 35,2 kilómetros de diámetro con los nuevos datos. En tanto, el cráter Zhamanshin, en Kazajstán, pasó de 13 kilómetros a 30 kilómetros de ancho. Las ampliaciones sugieren que la fuerza de los impactos habría sido mucho mayor a la estimada: cada uno de ellos habría sido 10 veces más destructivo que la bomba atómica más potente desarrollada hasta hoy, alcanzando las condiciones necesarias para que una parte de la atmósfera terrestre sea expulsada hacia el espacio.

Datos a confirmar

Anna Łosiak, investigadora de cráteres de la Academia Polaca de Ciencias que no participó del estudio, no cree que las características anulares identificadas por el equipo de Garvin sean realmente bordes de cráteres. “Si realmente lo son sería muy aterrador, porque significaría que realmente no entendemos lo que está pasando en absoluto, y que hay muchas rocas espaciales que pueden colisionar contra la Tierra y causar un desastre", indicó en un artículo publicado en la revista Science.

Ahora, los investigadores deberán sumar más evidencias que sustenten su hipótesis. En primer término, deberán encontrar rastros en los núcleos de hielo y en los sedimentos oceánicos o lacustres, que den cuenta del violento cambio climático provocado por impactos de esas dimensiones. Al mismo tiempo, los científicos tendrán que visitar los sitios de los anillos para buscar las rocas deformadas y las variaciones gravitatorias que confirmen el verdadero borde del cráter.

Referencia

Reassessing the past million years of neo impact cratering on earth via high resolution digital topography. J. B. Garvin et al. 54th Lunar and Planetary Science Conference (2023).