Paleoecología humana

Un dios sonriente y con ojos saltones guiaba a los pastores prehistóricos de Cataluña

Dejaron constancia de su visión del cosmos en uno de los conjuntos de arte pospaleolítico más importantes del Arco Mediterráneo

Panorámica del panel de grabados prehistóricos.

Panorámica del panel de grabados prehistóricos. / Arnau Pascual Monells/ Departament de Cultura

Redacción T21

Una nueva investigación ha descubierto en una antigua cueva una muestra de grabados abstractos que reflejan la cosmovisión de los pastores que habitaban lo que hoy es Cataluña hace entre 3.000 y 5.000 años. Podría ser el primer grafiti prehistórico conocido.

En algún momento entre hace 3.000 y 5.000 años, los pastores prehistóricos de lo que hoy es Cataluña cubrieron las paredes de una cueva remota con grabados que representaban su visión del cosmos.

El 13 de mayo de 2021, durante unas exploraciones realizadas por un equipo del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), se descubrió en la zona conocida como el Barranc de la Cova del Corral, la así llamada Cova de la Vila, una cavidad que había sido excavada por Salvador Vilaseca durante los años cuarenta y de la que se había perdido su ubicación.

Esquemas abstractos

La cueva está localizada en el término municipal de La Febró, comarca del Baix Camp, y ahora se ha descubierto en su interior la así llamada Sala dels Gravats, que recoge un amplio conjunto de representaciones esquemáticas y abstractas.

Según los expertos, los grabados reflejan una composición relacionada con la cosmovisión de las sociedades agricultoras y ganaderas del territorio durante el proceso de neolitización.

El panel de grabados, de unos 8 metros de longitud, está configurado a partir de cinco líneas horizontales, una encima de otra. En cada una de ellas existen diferentes figuras grabadas que tienen su propio significado y simbolismo, según se informa en un comunicado.

Solo grabados

Entre el equipo de IPHES que analiza el descubrimiento se encuentra Antonio Rodríguez-Hidalgo, quien explicó a IFLScience que la línea horizontal más baja de los grabados está poblada con formas zoomorfas básicas que parecen representar dos tipos diferentes de animales, posiblemente caballos y bovinos.

“Sin embargo, realmente podrían ser cualquier cosa porque son esquemáticos”, aclara Rodríguez-Hidalgo.

La línea central, por su parte, está repleta de “dibujos completamente abstractos” que son extremadamente difíciles de interpretar, pero que podrían representar chozas u otras viviendas.

En este vídeo, los expertos del IPHES explican, en catalán y castellano, la importancia de este descubrimiento. Fuente: IPHES.

Dios de ojos saltones

Finalmente, la capa superior parece representar el cielo y contiene representaciones esquemáticas de "estrellas o soles", según los investigadores.

Toda la composición está dominada por lo que Rodríguez-Hidalgo describe como “un personaje central que destaca porque es mucho más grande que las otras figuras y recuerda a un símbolo que es bastante común en la prehistoria tardía, en la Edad del Cobre o la Edad del Bronce temprana en la Península Ibérica, conocido como ídolo oculado, también llamado ídolo de ojos grandes”.

“[Estas figuras] pueden representar una deidad de algún tipo y son notables porque tienen ojos grandes”. En este caso, la extraña criatura se representa con “una gran sonrisa o barba y unos ojos enormes”, explica Rodríguez-Hidalgo.

Si bien es probable que resulte difícil determinar la edad exacta de estos grabados, Rodríguez-Hidalgo señala que la presencia de esta figura central “ubica [al sitio] en un período específico de la prehistoria, entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce”. En el contexto de la Península Ibérica, esto equivale a hace entre tres y cinco milenios.

¿Grafitis prehistóricos?

El significado y la función de estas tallas antiguas siguen siendo desconocidos, aunque se han propuesto numerosas teorías.

Aunque no está probada, una de esas hipótesis afirma que los garabatos representan un tipo de grafiti prehistórico, dejado por pastores errantes que se refugiaron en la cueva durante la noche o durante las tormentas.

Rodríguez-Hidalgo comparó esta teoría con la tradición moderna de escribir el nombre o las iniciales en monumentos o vagones del metro. “Esto es algo muy humano, que probablemente hemos estado haciendo a lo largo de nuestra historia”, dijo.

Sin embargo, al notar la naturaleza estratificada de la composición, el equipo de IPHES se inclina más a creer que las ilustraciones representan la cosmología de estas antiguas sociedades pastoriles, destaca IFLScience.

Según el experto en arte rupestre del grupo, Ramón Viñas, “la disposición está lejos de ser aleatoria y tiene un claro significado simbólico… La composición es absolutamente inigualable y nos habla de la cosmovisión de las poblaciones locales durante el proceso de neolitización”.

El equipo considera que esta antigua obra de arte figurará entre las mejores composiciones de arte esquemático y abstracto subterráneo pospaleolítico de todo el Arco Mediterráneo.