Ciencia y sociedad

La Casa Blanca sustituye la web de COVID-19 con información política sobre el origen de la pandemia

Suprime la información sobre tratamientos y prevención de la enfermedad, que todavía mata a 325 estadounidenses cada semana

Imagen de la nueva web sobre la Covid-19 del Gobierno de Estados Unidos.

Imagen de la nueva web sobre la Covid-19 del Gobierno de Estados Unidos. / Casa Blanca.

EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21

EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21

Madrid

Trump ha reemplazado los sitios web de información pública sobre la COVID-19 por una página que elimina los recursos sobre vacunas, pruebas y tratamientos, al tiempo que promueve la controvertida teoría de que el virus se originó en un laboratorio de China y arremete contra los opuestos a esa teoría.

La Casa Blanca ha realizado un cambio radical en su política de comunicación sobre la pandemia de COVID-19, sustituyendo los portales oficiales de información pública —como COVID.gov y Covidtests.gov— por una nueva página web que abandona el enfoque en recursos prácticos de salud pública para promover activamente la teoría de que la pandemia se originó por una fuga accidental en un laboratorio de Wuhan, en China.

Este giro ha generado una fuerte controversia, tanto en la comunidad científica como en el ámbito político y mediático, al considerar que ha sustituido información basada en evidencias científicas por una web de propaganda de la ideología del gobierno.

Hasta hace apenas unos días, COVID.gov era el sitio de referencia para millones de estadounidenses. Incluía información sobre cómo solicitar pruebas gratuitas de COVID y describía cómo mantenerse al día con la vacuna contra la COVID-19, afirmando que es "la mejor manera de protegerse y proteger a sus seres queridos". Indicaba cómo recibir tratamiento de inmediato si se enfermaban y añadía enlaces para obtener más información sobre la COVID persistente.

Muertes persistentes

Actualmente, un promedio de 325 estadounidenses mueren cada semana a causa de la COVID-19, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Al 5 de abril, menos de una cuarta parte de los adultos en EE. UU. habían recibido la vacuna contra la COVID-19 actualizada.

Sin embargo, y sin previo aviso, quienes acceden ahora a esa dirección son redirigidos a una página titulada “Lab Leak: The True Origins of COVID-19”, que no solo ha eliminado cualquier información útil sobre la enfermedad, sino que se centra argumentos y acusaciones políticas según las cuales el SARS-CoV-2 surgió de un accidente en un laboratorio y no de un salto natural entre animales y humanos.

La nueva web presenta cinco puntos principales para respaldar la hipótesis del “lab leak”, entre ellos: que el virus posee una característica biológica “no encontrada en la naturaleza”, que todos los casos conocidos derivan de una sola introducción en humanos, que el epicentro fue Wuhan —donde se localiza el principal laboratorio chino de coronavirus—, que varios investigadores de ese laboratorio enfermaron con síntomas similares a COVID-19 en otoño de 2019, y que, si existiera evidencia de un origen natural, “ya habría salido a la luz”, como todo argumento.

"Cada una de las cinco pruebas que respaldan la hipótesis de la fuga del laboratorio… es incorrecta en cuanto a los hechos, está exagerada o se presenta de forma engañosa", señaló Angela Rasmussen , viróloga de la Universidad de Saskatchewan en Canadá.

Un relato alineado con la investigación republicana

El contenido de la web se apoya en gran medida en el informe político del Comité Selecto Republicano sobre la Pandemia, publicado en diciembre de 2024, que concluyó que la fuga de laboratorio era la explicación “más plausible”. Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica sigue considerando más probable el origen zoonótico, es decir, el salto del virus de animales a humanos en un mercado de vida silvestre en Wuhan como consecuencia de la pérdida de biodiversidad derivada del cambio climático.

Las agencias de inteligencia estadounidenses, por su parte, han mantenido posturas divididas y, en el mejor de los casos, solo han otorgado una “baja confianza” a la hipótesis de la fuga de laboratorio, a pesar de lo cual se ha convertido en la tesis oficial del gobierno Trump.

El nuevo portal no solo promueve la teoría del “lab leak”, sino que también dedica amplios espacios a criticar a figuras como el Dr. Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, al que acusa sin más de manipular investigaciones para desacreditar la hipótesis de la fuga y de influir en la publicación de artículos científicos que favorecían el origen natural. También se critica duramente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al expresidente Joe Biden y a otras autoridades, señalando supuestos fallos en la gestión de la pandemia, la imposición de mascarillas y confinamientos, y falta de transparencia en la gestión de fondos e investigaciones.

La página incluso hace referencia al indulto preventivo otorgado por el presidente Biden a Fauci, insinuando supuestas irregularidades y falta de rendición de cuentas, todo en la misma línea de descalificación gratuita de rivales políticos habitual en el presidente Trump.

Alarma científica

La decisión de eliminar los recursos de salud pública y reemplazarlos por una plataforma de contenido político ha alarmado a expertos y científicos, quienes advierten que la web promueve afirmaciones inexactas o engañosas y prioriza la narrativa política sobre la evidencia científica. Además, señalan que este movimiento forma parte de una tendencia más amplia de la administración Trump de eliminar páginas oficiales de salud, ciencia y derechos civiles que no se alinean con su visión política.

Mientras tanto, la Casa Blanca defiende la eliminación de la información sobre prevención de nuevos contagios argumentando que responde a un compromiso con la “transparencia” y el derecho de la población a conocer “la verdad” sobre el origen de la pandemia, que emana de dirigentes políticos.

El origen del SARS-CoV-2 sigue siendo uno de los grandes enigmas científicos de nuestro tiempo. Aunque la nueva web de la Casa Blanca presenta el “lab leak” como una certeza, la realidad es que no existe consenso ni evidencia definitiva que respalde ninguna de las teorías principales.

La comunidad científica internacional continúa reclamando acceso a datos y una investigación rigurosa y despolitizada, mientras que los cambios en la política de comunicación del gobierno estadounidense han reavivado el debate y la polarización en torno a la pandemia.

Nullius in verba

Al igual que ocurrió con la Alemania nazi, estamos asistiendo a una supeditación de la ciencia a una agenda política, reflejada en las críticas a expertos como el Dr. Fauci, la promoción de tratamientos no probados durante la pandemia, el desdén inicial por las mascarillas y la minimización del virus. En ambos casos, se observa un patrón en el que la autoridad política selecciona, distorsiona o promueve activamente información que se alinea con su ideología, desestimando o atacando el conocimiento científico consensuado que la contradice.

Ante este desconcierto deliberado, hay que recordar la expresión latina Nullius in verba, lema de la Royal Society de Londres, una de las instituciones científicas más antiguas y prestigiosas del mundo. Significa que no hay que creer en la palabra de nadie, sino en los hechos comprobados. En ciencia no se opina, se demuestra. Y es sobre esas evidencias sobre las que habría que construir el consenso social.

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