Ciencia y sociedad
Las guerras, los microplásticos y la luz también amenazan a las abejas
Una serie de nuevos peligros emergentes acechan a los polinizadores de todo el mundo

Existen más de 22.000 especies de abejas silvestres en el mundo, de las cuales 1.100 habitan en España. / CSIC-BLANCA ARROYO
Las zonas de guerra, los microplásticos y la contaminación lumínica plantean nuevos riesgos graves para los polinizadores durante la próxima década, según un informe que identifica las 12 principales amenazas emergentes que podrían acelerar la pérdida de abejas y mariposas, así como de ciertas aves y murciélagos.
El delicado equilibrio de nuestros ecosistemas globales y la seguridad de nuestro suministro alimentario dependen de manera crítica de una legión de trabajadores incansables y a menudo inadvertidos: los polinizadores. Este diverso grupo, que abarca desde abejas y mariposas hasta ciertas aves y murciélagos, es el motor que impulsa la reproducción de casi el 90% de las plantas con flores y más de tres cuartas partes de los cultivos fundamentales para la alimentación mundial.
Sin embargo, estas especies vitales se encuentran en una encrucijada, enfrentando una crisis persistente derivada de presiones ya bien documentadas como la drástica pérdida de sus hábitats naturales, el uso indiscriminado de pesticidas, las alteraciones climáticas y la proliferación de enfermedades. Estas amenazas no actúan de forma aislada, sino que se entrelazan en una compleja red de interacciones, exacerbando mutuamente sus efectos nocivos.
Amenazas emergentes
Frente a este panorama, el informe Emerging Threats and Opportunities for Conservation of Global Pollinators alerta sobre un espectro de amenazas emergentes que, aunque menos visibles, son igualmente perniciosas.
Entre ellas, destacan formas de contaminación subestimadas que están minando sigilosamente la salud de los polinizadores. Los microplásticos, omnipresentes en nuestro entorno, ya han demostrado su capacidad para afectar negativamente la fisiología y la longevidad de las abejas melíferas, y se presume un impacto similar en las poblaciones silvestres.
Paralelamente, la contaminación por antibióticos y metales pesados se infiltra en sus hábitats, alterando su comportamiento y funciones vitales. La calidad del aire, comprometida por el ozono y los óxidos de nitrógeno, también se erige como un factor de estrés que dificulta su supervivencia y éxito reproductivo.
Incluso la luz artificial nocturna, una característica intrínseca de nuestros paisajes humanizados, desorienta a los polinizadores nocturnos, como las polillas, mermando su crucial labor. Además, la exposición a "cócteles de pesticidas", mezclas de diversos agroquímicos, podría desencadenar efectos sinérgicos mucho más devastadores de lo que se había estimado, advierte el informe.
Cuidado con las estrategias de cambio climático
Irónicamente, algunas estrategias concebidas para mitigar el cambio climático podrían, si no se planifican con cautela, agravar la situación de los polinizadores. La forestación a gran escala, si se priorizan especies de rápido crecimiento en detrimento de la flora nativa rica en flores, podría resultar en la pérdida de praderas vitales, añade el informe.
De igual forma, la intensificación de la minería para obtener materiales destinados a tecnologías verdes, como las baterías, o la expansión de la agricultura en entornos controlados y cerrados, pueden conllevar la destrucción de hábitats y la introducción de riesgos sanitarios para las poblaciones de polinizadores gestionados.
Los vaivenes sociopolíticos y los conflictos también proyectan su sombra sobre estos insectos. La simplificación de los paisajes agrícolas, a menudo consecuencia de crisis o guerras, reduce la diversidad de recursos florales disponibles, mientras que una supervisión laxa en el uso de pesticidas puede intensificar su impacto negativo.
Finalmente, los fenómenos climáticos extremos, como los incendios forestales, se vuelven más frecuentes e intensos, arrasando hábitats ya fragmentados y dificultando enormemente la recuperación de las comunidades de polinizadores.
Caminos hacia la conservación
A pesar de la magnitud de estos desafíos, el informe también ilumina senderos de esperanza y oportunidades innovadoras. Una vía prometedora reside en la formulación e implementación de políticas y marcos regulatorios más robustos y coordinados a nivel global. Esto incluye desde normativas más estrictas sobre el uso de antibióticos y la calidad del aire, hasta la reforma de las políticas comerciales para incentivar productos cultivados con un bajo uso de pesticidas y una legislación que regule la apicultura en áreas de conservación para proteger a los polinizadores silvestres.
La innovación en el sector empresarial y tecnológico ofrece otro frente de acción. Avances como el desarrollo de baterías eléctricas más eficientes, que indirectamente reducen la contaminación atmosférica, o nuevos métodos de control de plagas más selectivos, como los tratamientos basados en ARN de interferencia (ARNi), podrían mitigar algunas presiones.
El fitomejoramiento enfocado en beneficiar a los polinizadores, creando cultivos más ricos en néctar y polen, y el uso de la inteligencia artificial para un seguimiento más preciso y una conservación dirigida, abren nuevas posibilidades. Incluso la transformación de infraestructuras, como los parques solares, en hábitats floridos mediante un diseño y ubicación estratégicos, puede contribuir positivamente.
Referencia
Emerging Threats and Opportunities for Conservation of Global Pollinators. A Rapid Assessment for Bee:wild. Howard, C. et al. (2025)
Pensamiento sistémico
Finalmente, el informe subraya la importancia de adoptar un pensamiento ecosistémico integral, que promueva paisajes multifuncionales y resilientes. Esto trasciende la simple plantación de árboles, abogando por la restauración de la función ecológica completa de los ecosistemas, considerando qué se planta y dónde, y protegiendo especies clave como las abejas sin aguijón en las regiones tropicales.
Las soluciones basadas en la naturaleza, que reconocen la interconexión entre la polinización, la salud del suelo, la regulación hídrica y el secuestro de carbono, ofrecen beneficios sinérgicos tanto para la biodiversidad como para el bienestar humano.
El informe destaca por último que la supervivencia de los polinizadores está intrínsecamente ligada a la salud de nuestros sistemas ambientales, tecnológicos y sociales. La complejidad de las amenazas emergentes exige una respuesta igualmente sofisticada y multifacética.
Aunque el camino es arduo, la diversidad de enfoques innovadores y la creciente conciencia global ofrecen un resquicio de optimismo, instándonos a una acción concertada y decidida en la próxima década para asegurar no solo el futuro de estos seres extraordinarios, sino también la estabilidad de nuestros sistemas alimentarios y la resiliencia de nuestro planeta, concluye el informe.
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