Tecnología / Arte

La restauración del arte se renueva con alta tecnología

Las nuevas técnicas reducen los tiempos de restauración, aunque acumulan dudas sobre la pérdida del detalle y el toque único del trabajo artesanal

El software de alta tecnología y la impresión de precisión podrían devolver a las pinturas dañadas su magia original.

El software de alta tecnología y la impresión de precisión podrían devolver a las pinturas dañadas su magia original. / Créditos: Nicole Millman, Alex Kachkine.

Pablo Javier Piacente / T21

La conservación de obras de arte está ingresando en una nueva era gracias a la combinación de Inteligencia Artificial (IA), imagen digital y técnicas de impresión de alta precisión. Los científicos están empleando las nuevas tecnologías para restaurar físicamente obras de arte a través de una superposición delgada y extraíble, que no altera directamente el lienzo original.

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, han desarrollado un método que permite restaurar digitalmente pinturas centenarias para luego traducir esa reconstrucción a una delgada “máscara” física, imprimible y removible, que se adhiere sobre el lienzo original. Este avance promete acelerar procesos que tradicionalmente requerían meses o años de trabajo manual, posibilitando que joyas artísticas almacenadas por décadas vuelvan a exhibirse en cuestión de horas.

Un nuevo enfoque digital

Los restauradores han empleado históricamente pincel y pintura para retocar zonas desgastadas o dañadas, mezclando minuciosamente pigmentos para integrarlos con la obra original. Cada grieta o pérdida de color requiere una infinidad de ajustes individuales, y una restauración completa puede tardar desde varias semanas hasta más de una década, dependiendo del estado de conservación de la pieza, según se informa en una nota de prensa.

El nuevo enfoque digital reduce notoriamente los tiempos de ejecución, sin renunciar a la fidelidad histórica ni a la reversibilidad del proceso. En un estudio publicado en Nature, el especialista Alex Kachkine explica que el procedimiento comienza con un escaneado de alta resolución de la pintura, donde algoritmos de visión por ordenador y aprendizaje automático detectan y reconstruyen virtualmente las zonas deterioradas. 

Luego de realizada esta restauración digital se genera un archivo con el patrón y los colores exactos, que luego se imprime en una película de polímero ultrafino en dos capas: una base blanca y un recubrimiento pigmentado. La precisión del sistema se sustenta en la superposición milimétrica de ambos niveles de impresión, optimizada por modelos que simulan la percepción humana del color. 

Avances y discusiones éticas

Además, el uso de inyección de tinta de alta fidelidad y grabado láser permite que la "máscara restauradora" se adhiere sobre la obra con un barniz de conservación, respetando siempre la superficie original del óleo o temple. Al mismo tiempo, los materiales utilizados pueden disolverse con soluciones específicas, garantizando la completa reversibilidad del método.

Kachkine restauró un óleo sobre tabla del siglo XV atribuido a Maestro de la Adoración de los Magos del Prado, identificando 5.612 áreas dañadas y aplicando 57.314 tonalidades distintas. El proceso completo, desde el escaneo hasta la aplicación de la máscara, se completó en apenas 3 horas y media, logrando un avance enorme en comparación con la restauración manual tradicional, que puede requerir varios meses de trabajo a tiempo parcial.

Referencia

Physical restoration of a painting with a digitally constructed mask. Alex Kachkine et al. Nature (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-025-09045-4

Sin embargo, este enfoque de alta tecnología ha generado un intenso debate en la comunidad de conservadores, según informa IEEE Spectrum. Julian Baumgartner, restaurador y divulgador en Chicago, celebra la eficiencia y la accesibilidad de la técnica, mientras que Margaret Holben Ellis, del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, advierte que los algoritmos no pueden reemplazar la experiencia y el criterio humano. 

El temor a que la restauración pierda su dimensión artesanal y a que aumente el riesgo de fraude artístico ha iniciado una discusión ética de gran complejidad, cuya resolución parece aún lejana.

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