Tras hablar con la nadadora malagueña María Peláez, que ha conseguido la clasificación para sus quintos Juegos Olímpicos, uno se da cuenta de que uno de los motivos por los que está donde está, con un palmarés envidiable, es porque es una persona que se divierte con lo que hace y que se siente feliz en la natación. El Ayuntamiento de Málaga rindió ayer un homenaje a la nadadora colocando una estrella con sus nombres en ´El Paseo de las Estrellas del Deporte´, en la avenida Alicia de Larrocha.

-¿Cómo se vive al estar clasificada para participar en sus quintos Juegos Olímpicos?

-Con mucha emoción, porque a pesar de que una siempre tiene sus expectativas en la temporada, los dos últimos años no había hecho marcas como para estar convencida al cien por cien de ir a los Juegos Olímpicos, y sin embargo este año hemos apostado fuerte desde mitad de temporada por el 200 estilos, he cambiado de prueba y nos ha salido bien.

-¿A quién le ha dado más alegría de que haya sido la segunda deportista española de la historia en ir a cinco Juegos Olímpicos; a usted, a su familia, a sus entrenadores...?

-Según la persona; a la familia le hace mucha ilusión porque saben que llevo mucho tiempo luchando y les apetece que me salga bien; a mi pareja, bueno... él tiene tres Juegos Olímpicos y yo tengo cinco..., en fin..., a él también le apetecía bastante, y para mis entrenadores esto significaba mucho más para entender cómo ha sido mi trabajo cada día, la ilusión que le pongo a las cosas, la ambición que tengo y ver que cuando alguien es ambicioso puede funcionar bien con su programa de entrenamiento.

-¿Y para usted, es un orgullo, un reto...?

-Una gran satisfacción también, porque a lo largo de todos estos años entrenando he estado con mucha gente que había luchado para ir a unos Juegos Olímpicos y no lo ha conseguido. Es, en parte, como hacer justicia con todos estos compañeros. Estos Juegos son también para mí una forma de hacer justicia con otros nadadores.

-¿Se toma la natación como un trabajo?

-Bueno. De eso me han tratado de convencer algunas de las personas que más me quieren y que me veían bloqueada a la hora de competir. Me decían que le diera un toque más profesional a la natación, para que pudiera evadirme un poco de lo emocional. Sí, es un trabajo, porque me mantengo de lo que me da la natación y me dedico a ello plenamente, pero no lo veo como que hay que levantarse temprano, estar ocho horas currando, comerse marrones... es un trabajo bastante cómodo.

-Tiene 30 años, ¿se siente mayor para este deporte?

-Treinta años en la natación española sí es ser mayor. Hace unos años la gente se retiraba con 25 años y cuando yo empecé hasta con 23. A medida que se ha ido profesionalizando la natación la edad de retirada se ha ido alargando, pero aún nos queda mucho con respecto a otros países. En España nos cuesta ver que haya nadadores de 30 años y fuera los hay hasta de 34.

-¿Está pensando en retirarse?

-Hasta que no nade al menos un campeonato de España en la piscina de Málaga no me retiro. Si me dan cuerda, yo sigo.

-Empieza en la natación porque sus hermanas nadaban y la llevan a un cursillo de verano. ¿ Y si llegan a hacer baloncesto?

-Pues, seguramente, hubiera hecho otra cosa. Al final mi carrera es todo un conjunto de casualidades y también que luego yo nadaba rápido, claro.

-¿Qué le parece el nuevo complejo acuático de Málaga?

-Me parece lo mejor que hay ahora mismo en España, con total seguridad. Si se destina de una manera eficaz al entrenamiento es probable que salgan nuevas figuras de la natación en Málaga.

-¿Se plantea llegar a hacer sus sextos Juegos Olímpicos?

-No me lo planteo como un objetivo, pero no lo descarto.