El máximo accionista y consejero delegado del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, es "un hombre hundido, roto de dolor y apenas puede articular palabra", aunque aceptaría una oferta por sus acciones tras consumarse el descenso del equipo.

De hecho, según indicó la radio oficial del club, el dirigente estaría incluso dispuesto a marcharse debido a la "presión social" a la que le está sometiendo el beticismo en estas últimas horas.

Aparte de los incidentes acaecidos el domingo al término del partido ante el Valladolid por la noche un grupo de aficionados se trasladó a las oficinas profesionales del mandatario, para manifestar allí su rabia por este nuevo fracaso deportivo.

De todos modos, y siempre según lo señalado desde la emisora oficial del Betis, Lopera está dispuesto a abandonar el poder que le otorga su control mayoritario del accionariado aunque, para ello, la oposición deberá presentar una oferta con un aval de unos 15 millones de euros, cifra en la que, por lo tanto, concretaría el ex presidente su nuevo negocio con el Betis.

Fracaso. El Betis ha vuelto a las catacumbas de la Liga tras coquetear cuatro temporadas seguidas con el descenso. Una década después, el equipo del ´manque pierda´ vuelve a los subterráneos del fútbol de elite español.

Tras cuatro temporadas de agonía él solo (el Betis) se ha muerto y su descenso ha llevado a la decepción a la mitad de la población de Sevilla (la otra es seguidora del ´eterno´ rival) y a pedir responsabilidades al máximo accionista (Manuel Ruiz de Lopera).

El anuncio de su ´muerte anunciada´ estuvo en las campañas precedentes, como la de la 2007-08, con salvación en la penúltima jornada (1-1, con el Valladolid en el estadio de La Cartuja); la anterior también tuvo un desenlace feliz merced al ´salvador´ Edu, autor de los dos goles (0-2) en Santander. En la 2005-06 también escapó ´por los pelos´ y acabó el décimo cuarto.

Ni siquiera los fichajes de renombre de Emaná, Sergio García y Mehmet Aurelio, la vuelta del goleador Ricardo Oliveira y la recuperación de uno de los ´ídolos´ del beticismo como es el también brasileño Edú –lesionado en gran parte de la campaña– han sido argumentos suficientes para que el Betis dejara atrás su penuria de los últimos ejercicios.

Aunque todo parecía propicio el domingo, pues dependía de sí mismo, el Betis volvió a ser el ´curro betis´ del pasado, capaz de lo mejor y de lo peor y no satisfizo a los aficionados que le apoyaron masivamente –más de 50.000 estuvieron en el estadio– y le anunciaron en una pancarta: "No me falles, yo no te he fallado nunca".

Al final desilusión, tristeza, desencanto y llanto por el décimo descenso en la historia de uno de los equipos que más simpatía ha despertado en España y en muchos "lugares del Universo" como se anuncia por megafonía antes de cada encuentro.