Mirando a la libreta de tareas, Fernando Alonso estaba contento por su trabajo de ayer en la pista. Sólo el accidente del Hulkenberg con su Williams le obligó a dejar a un lado las pruebas con los neumáticos duros. Tuvo buen ritmo con el coche cargado, rodó mucho tiempo con el famoso conducto-F y comprobó que los detalles aerodinámicos, incluida la nueva posición de los espejos, funcionan como decían las pruebas en el simulador.

La pega estaba en la acera de enfrente, en la de Red Bull. Los dos coches de la bebida energética se fueron con tiempos de escándalo. Son favoritos para la ´pole´ y eso en Montmeló es sinónimo de victoria. Los últimos nueve ganadores se habían colocado al frente del pelotón en la parrilla. "Es una diferencia demasiado grande, así que si les salen las cosas bien estarán en la primera línea". Satisfacción mezclada con cautela en el motorhome de Ferrari porque la realidad les dice que queda un fin de semana muy duro por delante.

Tres semanas de tormenta de ideas dan para mucho en la Fórmula 1. El receso después de correr en China y finiquitar la primera aventura asiática ofreció tiempo para el trabajo en la fábrica y nuevas ideas a la hora de afrontar el GP. No es un secreto que el F10 sufre los sábados, que está lejos de Red Bull y que opta a la segunda línea en una pugna igualada con los McLaren de Hamilton y Button. Los domingos son otra cosa. Buen ritmo de carrera y prestancia, a pesar de que Alonso lleva tres citas sin subirse al cajón.

Así que el viernes de la Scuderia fue algo distinto a lo habitual. Contra la norma, dejaron un rato para probar series de clasificación, vueltas muy parecidas a la de los sábados cuando el cronómetro va en la cuenta atrás y los pilotos buscan su mejor giro para colocarse en la parrilla.

Después de tres carreras sin saborear el podio, el piloto asturiano cree que regresar sería ya de por sí positivo. "Al correr en casa mi sueño es la victoria". Lo que pasa es que eso estará caro. Hamilton y Button habían dominado la tanda matinal con autoridad y desaparecieron misteriosamente de la cabeza por la tarde. Es conocida la facilidad que hay en la factoría de Woking para exprimir el monoplaza en plena temporada. "Creo que esconden algo", sospechó Alonso desde su satisfacción por un buen viernes.

Entre ellos aparece Michael Schumacher. El Kaiser impone respeto y nadie su fía de su mal inicio. Ayer hizo su mejor viernes de la temporada, con un Mercedes muy renovado. "Lo que haga me parece bien. Habrá una batalla dura entre McLaren, Mercedes y nosotros, con Red Bull quizá un poco por delante". Es el diagnóstico de situación que hace Alonso ante un sábado que puede marcar el GP.

También está la lluvia, encargada ayer de marear al personal. Se esperaba agua y el sol lució todo el día. Previsiones cambiantes, que ahora dicen que no lloverá, y posiblemente tampoco para la carrera.

El susto del día se lo llevó Hulkenberg con el Williams, que detuvo la sesión veinte minutos por su accidente. Luego Jaime Alguersuari terminó antes de tiempo porque el motor de su Toro Rosso llegó al final de su vida. El barcelonés tiene ganas de hacerlo bien en casa pero su coche sufre a una vuelta y a pesar de tener un buen ritmo en carrera, una salida muy retrasada le lastra durante el resto del Gran Premio.