Raúl González Blanco ha protagonizado esté lunes la que será su última conferencia en el Santiago Bernabéu, en la que ha sido su despedida, un momento "triste", que supera con la "ilusión de afrontar nuevos retos", aunque cree que con Jose Mourinho "habría jugado, y mucho".

"Me voy porque ha llegado el momento, he tenido sensaciones de que esto tenía que terminar, que han sido muchísimos años vistiendo la camiseta del mejor club del mundo. Viene gente joven, con mucha fuerza, y era la última oportunidad de tener una experiencia fuera", han sido sus primeras palabras.

Y es que el delantero ha recalcado que su deseo es "seguir jugando y compitiendo, vivir otro fútbol y conocer otra cultura". "Mi motivación es seguir jugando, disfrutar de la profesión que amo y va a ser un reto bonito para seguir creciendo en la vida. Este momento tarde o temprano tenía que llegar. Estoy con mucha tristeza, pero también con la ilusión y el gusanillo de afrontar un nuevo reto y ver lo que me depara", ha confesado.

De todas formas, sí ha reconocido que la llegada de Jose Mourinho le ha hecho "dudar", porque "es un gran entrenador" y tenía "ilusión" de trabajar con él. "Estoy convencido de que si me quedase jugaría y creo que mucho, porque he hablado con el entrenador, pero el cuerpo me pide otra cosa. Me marcho con mucho dolor y pena porque esto es lo más grande, pero creo que una experiencia fuera me va a llenar", ha aventurado.

De todas formas, en varias ocasiones, Raúl ha asegurado que esto es sólo "un hasta pronto" y que donde vaya va a animar al Real Madrid "sufriendo y vibrando", como su familia. "Mis hijos por un lado están tristes, y me preguntan si podrán ver al Real Madrid y ya les he dicho que el Real Madrid se ve en todas las partes del mundo. Estamos tristes, pero también ilusionados", ha asegurado el madrileño.

"ESPECIAL EMPEZAR Y ACABAR EN ZARAGOZA".

Tomar la decisión "ha sido un proceso largo" que en los últimos días le ha hecho dormir poco, muy distinto de lo que sucedió en las horas previas a su debut en La Romareda, donde el pasado abril 'cerró el círculo' disputando allí su último partido.

En aquel momento, ya comenzó a sentir que era el comienzo de su final con la camiseta blanca. "Me había lesionado hacía dos semanas y el miércoles me dolía la rodilla, pero el jueves comencé a entrenar porque me apetecía ir a Zaragoza, tuve la 'suerte' de que se lesionó un compañero y pude salir, pero me hice daño poco antes del descanso", ha recordado.

"Llegué al vestuario y le dije al médico que me vendase y que iba a probar. A los dos minutos me di cuenta de que no podía, pedí el cambio, pero había una falta, y decidí darme una 'carrerita' y llegó el gol. Pensé que algo podía pasar, que podía ser (el último partido), pero no lo tenía claro. Ha sido muy bonito y especial empezar y jugar allí mi último partido y meter un gol, que me lo debía desde el primer partido", ha relatado.

Ahora, en el momento del adiós se va "con una sensación de cariño y respeto", que para él "es el mejor y mayor reconocimiento". "Desde el primer día al último lo he dado todo por la camiseta, por los valores que me enseñaron y me siento y me voy a seguir sintiendo un privilegiado", ha señalado.

Además, Raúl sabe que su futuro a largo plazo pasa por un regreso, quizá como entrenador. "En este último año la gente me ha visto de muchas cosas más que de jugador y lo que quiero es jugar, habrá tiempo para esos nuevos retos. Y coger un poco de distancia, formarse... para todo se necesita su tiempo", ha avisado.

"He vivido a una velocidad enorme, no puedo pedir más, llegará a su tiempo. Soy un apasionado del fútbol, y ya tendré que pensar lo que puedo hacer. En el futuro ayudaré al Real Madrid, lo que no sé es de qué forma", ha augurado.

"LLORÉ VIENDO A GUTI".

Elegir a sus mejores compañeros ha sido complicado, aunque finalmente, el delantero se ha decantado por Fernando Redondo, durante años su compañero de habitación, pero más claro lo ha tenido con su mejor rival: "Guardiola, porque lo que viví con él en la selección, fue el que me dio el pase para mi primer gol. Y porque en el campo era ya entrenador, pero increíble lo que organizaba y hablaba".

También ha sido sencillo decantarse por su momento más inolvidable, la alegría al contarle a sus padres su primera convocatoria. "Llegué a casa un viernes 28 de octubre y le dije a mi madre que me iba con el primer equipo. Y luego llegó mi padre y no pudo ni comer, que estaba comiendo sopa... esa felicidad de ver a tus padres, a mis hermanos, a mi familia y a mis amigos... es un recuerdo muy bonito... luego tengo muchísimos, pero me quedaría con ese, ver a mi familia feliz, por conseguir el sueño", ha recordado.

Raúl reconoce que la habría "gustado" poder decir adiós en el Bernabéu, pero ha asegurado que la de este lunes también ha sido "una gran despedida" y que "ya habrá tiempo para hacer algo".

Su marcha se une a la de Guti --"lloré y me emocioné viéndole, ha sido capaz de levantar el Bernabéu y ha sido genio y figura, y le vamos a echar mucho de menos--, pero cree que por detrás habrá otros símbolos para la afición, como "Iker" y le desea suerte al que herede el '7'. "Otro lo elegirá y lo va a llevar genial. Lo importante no es el número, sino el escudo. Es cierto que lo llevaron Amancio, Juanito, Butragueño... , pero quién lo lleve lo va a llevar bien", ha recalcado.

"CONVERSACIONES MUY PROFUNDAS CON EL SCHALKE".

Sin querer pensar en su futuro --"habrá tiempo mañana o pasado de hacerlo"-- ni dar detalles, el madrileño ha afirmado que su destino está en Alemania o Inglaterra y que lo demás está "descartado". "El interés ha sido del Schalke hacia mí, ha habido conversaciones, muy profundas, a partir de mañana veremos. Ha habido conversaciones con otros, no muchas. El fútbol inglés y el alemán ha sido lo que más me apetecía y ahí está mi futuro", ha sentenciado.

Además, tras reconocer que para él "sería muy duro volver al Bernabéu con otra camiseta", ha bromeado con el hecho de que en el club de la Bundesliga el '7' esté ya en posesión de un jugador chino. "La decisión no va a ser por el número. Si el club donde vaya cree que debo vestir ese número lo vestiré y si voy para allá hablaré con el chino, que no sé cómo se llama y a ver si podemos llegar a un acuerdo amistoso", ha declarado con una sonrisa, la que no ha perdido en ningún momento para agradecer el cariño de sus casi tres décadas en el club.