El profesor de la Universidad de Barcelona, Gay de Liebana, ha publicado recientemente el estado de cuentas de los clubes del fútbol profesional español. Lo hace cada año, y a pesar de sus avisos previos sobre la gravedad de la situación, las recomendaciones caían en saco roto: los clubes, ya se sabe, preferían ir «trampeando», y seguir la cadena esa del victimismo/chantaje.

Pero esa cadena se ha roto y, quizás por ello, la Liga de Fútbol Profesional aprobó el pasado martes un «Reglamento de Control Económico”« que se implantará en la temporada 2014/2015. ¡Ay!, cuán lejos me lo fían, porque de aquí a esa fecha o todos en quiebra ya o se habrán inventado otras formas de ir sorteando la legislación, como hacen ahora con la famosa Ley Concursal para no bajar a 2º B por no pagar a los jugadores.

No obstante, parece que han aprobado unas «normas de control económico» que serán aplicadas ya desde esta próxima temporada, como «la obligación de presentar estados financieros anuales auditados y/o estado de ejecución presupuestaria». Cuando uno lo lee se queda un poco estupefacto, porque como Sociedades Anónimas que son ¿eso no era ya obligatorio? Si es así, ¿quiere decir que no se cumplía? O, ¿se cumplía de modo laxo? Algo de esto debía haber, porque de lo contrario no se entiende la aprobación de presupuestos con ingresos ficticios, como los que presentaron en su día el el Valencia los presidentes Soler, primero, y Soriano, después, a cargo de una venta del viejo Mestalla, que aún hoy anda sin novia y compuesto.

Yo quiero creer que ahora la cosa va en serio. Por varias razones. La primera porque se ha roto esa famosa cadena que suponía ir a llorarle al Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma de turno, ésta a la Caja de Ahorros del lugar y ¡ala!, a darle unos cuantos milloncetes para dilapidar en unos cuantos fichajes más. Ahora ni unos ni otras están para estos saraos. Además, el otro eslabón de la cadena, las recalificaciones, tampoco han dado el fruto esperado, así que toca, de verdad, apretarse el cinturón.

La segunda razón es que quien sí va en serio y amenazando es la UEFA, que ya aprobó su propia reglamentación bajo el epígrafe de «juego limpio financiero». Y los de Michel Platini no se andan con bromitas. De seguir así, algunos de nuestros más ilustres clubes pueden quedarse fuera de las competiciones europeas, de manera que no les queda más remedio que ir adaptándose a lo que se les viene encima. Porque, la tercera razón es la más fuerte y objetiva: el actual sistema adultera la competición. Son muchas ya las voces que lo vienen proclamando y dan datos muy claros. Hay clubes que fichan jugadores de gran categoría sin tener presupuesto para ello, obtienen mejor resultado deportivo que otros, luego no pagan, entran en concursos de acreedores y evitan el descenso. Eso es falsear los resultados.

En esta misma temporada hay ejemplos que claman al cielo. Sobre todo, dos de ellos: el Betis y el Rayo Vallecano. El primero, a pesar de estar en concurso de acreedores (o a lo mejor precisamente por eso) ha ascendido a Primera División y parece que puede salir del agujero, como el Levante hace dos años. Pero es que lo del Rayo es sangrante. Los jugadores han conseguido el ascenso directo sin cobrar. El clan de los Ruiz Mateo se quitó de en medio, lo compró alguien, que sigue sin pagarles, éstos están en semihuelga, negándose a entrenar y sin que nadie haga nada y lo envíe a la 2ª B. Mientras tanto, se han quedado por el camino equipos que, como el Elche, perdieron la liguilla de ascenso, al igual que el Valladolid.

Y es que el panorama es como para tomar medidas drásticas ya, porque quien no está en concurso de acreedores, tiene una deuda galopante (ahí no se libra nadie), o ha exprimido al máximo la legalidad para no entrar en ese pozo de la otrora suspensión de pagos, como el Valencia y el Levante con la compra de acciones por parte de sus fundaciones (que no tienen posibles), con préstamo de Bancaja y aval de la Generalitat.

Los datos de Gay de Liebana, volviendo al principio, son demoledores: de entrada hay cinco clubes que ni siquiera depositaron sus cuentas de la temporada 2009/10 en el registro mercantil como es su obligación (Mallorca, Málaga, Xerez, Sporting y Almería), y el Athletic de Bilbao, club y no SA, sin esa obligación, no le facilitó los datos económicos. En esta temporada han acabado en situación de insolvencia el Sporting, el Zaragoza, el Levante, la Real Sociedad, el Mallorca y el Hércules. Los tres clubes que ascienden a 1ª División: Betis, Rayo y Granada están en concurso de acreedores (¡qué casualidad!). La deuda total al cierre contable de esa temporada (junio 2011) de la máxima división del fútbol español es de 3.429,2 millones de euros. Como dice Gay de Liebana: «Que todo un FC Barcelona esté en situación técnicamente de quiebra es toda una alarma para el sector del fútbol».