Los Ángeles Lakers exhibieron sobre la pista la clara mejoría que han experimentado en las últimas semanas con una sólida victoria frente a los Miami Heat (93-83), que volvieron a jugar sin el ala-pívot Chris Bosh, de baja por la reciente muerte de un familiar.

Kobe Bryant finalizó con 33 puntos y Metta World Peace apoyó con 17. Pau Gasol aportó 11 puntos, 10 rebotes y cuatro asistencias. Por los Heat destacaron LeBron James (25 puntos, 13 rebotes, siete asistencias) y Dwyane Wade, con 16 tantos y cinco asistencias.

Los californianos venían de una racha de cuatro derrotas seguidas ante Miami. Además, el partido reunía en la pista de nuevo a Bryant y Wade, después de que el escolta de Miami le fracturase la nariz a su rival el fin de semana pasado durante el Partido de las Estrellas.

Era la noche latina en el Staples Center a pesar de que el partido se disputaba al mediodía. Los jugadores, que portaban los logos de "los Lakers" y "el Heat" en las camisetas, prendieron la mecha haciendo gala de sus mejores armas: la agresividad y altura de los locales y el físico y velocidad de los de Miami.

La defensa de los de Mike Brown no tardó en ponerse en marcha y sólo se veía resquebrajada por Miami a través de contraataques, pero un enchufado Bryant (18 puntos en el primer cuarto) guiaba a los californianos a pesar del acierto desde el triple de Mario Chalmers.

Apoyados en el esfuerzo de Bynum en la zona con tres tapones en nueve minutos, los Lakers sorprendieron a los de Erik Spoelstra también con el esfuerzo de su segunda unidad, incluido un alley-oop de Steve Blake a Matt Barnes y la aportación del novato Andrew Goudelock.

Sólo James permitía a Miami permanecer a flote sin apenas aportación de sus hombres altos, y aunque Wade y Chalmers dieron un paso adelante, no resultó suficiente para romper la solidez de los angelinos, a la que se sumó Incluso World Peace con un triple (50-34) poco antes del descanso.

El equipo de Florida había anotado el 38,5 por ciento de sus tiros para entonces, y su porcentaje descendería al final del choque.

Gasol, hasta entonces sin apenas incidencia en el juego, aprovechó bien los balones que le llegaron al comienzo del tercer cuarto, lo cual obligó a James a emparejarse con él.

Sin embargo Miami dio la vuelta a la situación para colocarse a dos (60-58) al aprovechar el despertar de Shane Battier, precisamente defendido por el español, mientras la figura de James se hacía cada vez más grande a ambos lados de la cancha.

Bryant parecía tener la pólvora mojada y tanto Bynum como Gasol estaban desdibujados. Los Lakers habían perdido el control del juego y cometían demasiadas pérdidas. Bajo ese panorama, un triple de Blake y una asistencia de éste a World Peace aclararon la situación a falta de un cuarto (71-62).

Los nervios estaban a flor de piel. Gasol empujó a James después de que éste se encarara con Troy Murphy y ambos recibieron sendas técnicas. Caían los minutos, World Peace se empleaba a fondo en defensa -sorprendía incluso con determinadas acciones en ataque- y Bynum resurgía.

Wade, que hizo cuatro faltas en apenas dos minutos, fue expulsado por personales cuando quedaban 5:14 por jugar y dejaba maniatados a los Heat, que quedaban completamente a expensas de James.

A partir de ahí el duelo se convirtió en un mano a mano entre la estrella de los de Florida y Bryant, con golpes asestados puntualmente por Chalmers y Bynum.

En los últimos instantes el número 24 asumió la responsabilidad, afinó el punto de mira y llevó a los Lakers a algo más que una victoria: una importante inyección de moral.