El Olympique de Marsella ha conseguido clasificarse para los cuartos de final de la Liga de Campeones gracias a un gol de Brandao en el último suspiro, el cual dejó 'k.o' al Inter de Milán, que firma con estrépito una eliminación continental ante un rival que llevaba tiempo sin brillar en Europa.

Los franceses, que tenían su mente en la prórroga, sacaron petróleo en el minuto 91. Parecía un cuento de hadas para los de Deschamps, que habían bajado los brazos en los minutos finales, que se habían puesto el disfraz de víctima y que afrontaron desangelados los últimos minutos.

De esto tuvo buena culpa el 'Príncipe' Milito. El héroe interista de la 'Champions' conseguida en el Santiago Bernabéu metió la pierna en un barullo en el área francesa y acabó por batir a Mandanda, que poco pudo hacer. Corría el minuto 75 y el Inter se acercaba a los cuartos. Jugaba en casa, acosaba la portería rival y tenía cuarto de hora por delante.

Hasta entonces, el conjunto italiano lo intentó de todas las maneras, sobre todo al comienzo del partido. Sneijder, el mejor de los milanistas hasta que Ranieri decidió cambiarle, probó de fuerte disparo, y Forlán --con su juego entre líneas-- también puso en jaque a la defensa marsellesa, que aguantó por la buena actuación de Mandanda.

Sin embargo, no hubo ni perdices, ni finales felices para los 'neroazzurros' que sufrieron la cara más cruel del fútbol justo al final. Brandao no se lo pensó, desde línea de tres cuartos echó a correr tras un pelotazo de la zaga francesa y Lucio, falto de fuerzas, no pudo detenerle.

Para más inri, Samuel reculó sin explicación y Brandao --que llevaba dos minutos en el césped de San Siro-- marcó a Julio César con un disparo muy discreto. En los cuatro minutos restantes, Mandanda hizo un penalti y Pazzini no faltó. Era el 2-1, pero no había tiempo para más. El valor doble de los goles fuera de casa dio el billete a los franceses.