El argentino Leo Messi tuvo otra noche aciaga contra el Chelsea, equipo al que nunca ha podido batir en los ocho encuentro que ha jugado frente a ellos, y el penalti que ha marrado esta noche ha sido una prueba más de su maldición contra el equipo londinense.

Messi ha tenido en sus botas gran parte de la clasificación para la final de Múnich, pero, esta vez, el penalti que ha lanzado en el minuto 49 de partido ha impactado en el larguero y se ha ido fuera.

No ha sido la única ocasión del de Rosario, que cuando el partido ya agonizaba ha enviado otro balón al palo, esta vez a la izquierda de Cech.

Anteriormente, en la primera mitad, ya había puesto a prueba al portero checo, tras un tuya-mía con Cesc Fàbregas, pero el cancerbero ha estado muy seguro bajo los palos en todo momento.

Todas estas ocasiones han vuelto a poner en evidencia que Messi, máximo goleador de la Liga de Campeones con 14 goles y con 41 tantos en liga, está totalmente gafado ante los londinenses.

Los años han ido pasando, y el delantero argentino ha marcado a casi todos los equipos que se le han puesto delante, pero el Chelsea es su más sonada excepción.

Su cara y sus gestos cuando el español Fernando Torres ha anotado el definitivo 2-2 reflejaban la tristeza e impotencia del que es el mejor jugador del mundo.

Eso sí, el argentino ha sido decisivo en el segundo gol de Iniesta, el que daba esperanzas de clasificación al Barça con el 2-0 antes de finalizar la primera parte, pero el Chelsea remontó hasta el 2-2 final que deja al equipo de Pep Guardiola sin una nueva final en Europa.

Lo que está claro es que el público azulgrana ama por encima de todo a su figura, que tanto le ha dado en estos años. Tanto al inicio del partido como tras su fallo en el penalti, el Camp Nou ha coreado al unísono el nombre de Messi.

Un pequeño consuelo para Leo Messi, poco acostumbrado a los fiascos con su club de toda la vida. Con solo 24 años, seguro que tiene tiempo de volver a enfrentarse al Chelsea en la Liga de Campeones, y querrá tomarse su venganza personal.