La Policía turca se ha visto obligada a usar gases lacrimógenos para dispersar a los hinchas de Galatasaray y Besiktas que asistían a un partido de baloncesto en silla de ruedas de las respectivas secciones de estos dos clubes de Estambul cuyas aficiones son enemigas acérrimas. Los ultras de ambos clubes estuvieron todo el encuentro insultándose y enzarzándose en peleas, con invasión de cancha incluída. Finalmente el partido tuvo que ser suspendido por el equipo arbitral a seis minutos del final del segundo cuarto.

Las fuerzas de seguridad, que detuvieron a una decena de aficionados radicales, tuvieron que emplearse a fondo. Los seguidores de los tres clubes rivales de Estambul (Galatasaray, Besiktas y Fenerbahce) tienen prohibido asistir a partidos fuera de casa entre estos equipos en los partidos de fútbol y baloncesto. Pero esta prohibición no se aplica a otros deportes, como es el caso del baloncesto en silla de ruedas.