Daniel Pérez nos recibe sobre el inmaculado sintético de San Ignacio a apenas 48 horas para que el Centro de Deportes El Palo viva su nueva y definitiva cita con la histórica posibilidad de militar la próxima temporada en Segunda B. Quizás guarde los nervios por dentro, porque habla con la tranquilidad del alumno aventajado, sabedor de que ha hecho los deberes y de que es merecedor de la matrícula de honor. Que le quiten lo bailado: hasta el presidente deportivista, Augusto César Lendoiro, mostró públicamente su temor a tener que jugarse el ascenso en el feudo del «campeón andaluz de Tercera División». El Deportivo B sabe que el 4-2 en Riazor no le garantiza nada.

Llega el día, la auténtica finalísima tras más de diez meses de competición y un sueño que podrá hacerse realidad o no después de sólo 90 minutos de juego. ¿Hasta qué punto al responsabilidad es máxima?

Es una situación muy especial. El Deportivo B nos tiene respeto y sabe de nuestras posibilidades, y nosotros también se lo tenemos a ellos. Sabemos que es un rival, como se vio en Riazor, potente. Y la ventaja que tenemos, además de que jugamos con nuestro público esta vez, es que ya hemos vivido una anterior final. Después de empatar con el Burgos aquí, ya tuvimos en la mano el ascenso en El Plantío. En otro encuentro clave a 90 minutos. Esta vez tenemos que remontar dos goles, pero tenemos a nuestro público a favor.

¿Qué le diría a esa afición que hasta se ha desplazado a tierras gallegas para arropar a su equipo en tan inolvidable campaña?

Que son nuestro motor, el jugador número 12. El primer gol ya lo habrán metido ellos cuando El Palo salte al campo.

¿Teme que influyan esas declaraciones que llegan desde el seno del Deportivo B acerca de la seguridad o el arbitraje?

Esperemos que no. Sinceramente, estoy seguro de que no va a haber ninguna influencia externa. Ya ocurrió lo mismo cuando recibimos al Burgos. Creo que, al ser un equipo de barrio, despertamos un poco de envidia. No hay nada más que decir. Es mejor que nos centremos en otros aspectos.

Antonio Muñoz, un jugador clave durante esta temporada, ha tenido problemas físicos durante esta fase. ¿Está recuperado plenamente?

Su temporada ha sido impresionante. Sufrió un esguince en el primer partido del play off y jugó mermado después ante el Jumilla. Ahora ha tenido un segundo esguince y hasta las últimas horas no vamos a saber si contamos o no con él. Es cierto que es un jugador que se multiplica. Esperemos que pueda estar al 100%.

Su escuadra se ha caracterizado esta Liga por la presión asfixiante, por la entrega desde el primer minuto y por cada balón. Sus rivales en estas eliminatorias, sin embargo, les han tachado de practicar un juego duro y antideportivo.

Tengo una plantilla que se deja la piel en el campo. Si al fútbol no se le da intensidad, es otra cosa. Cada uno luego se lo lleva al terreno que más le interese. Y estoy convencido de que somos todo un ejemplo a seguir en cuanto al juego limpio manteniendo la presión adecuada. Primamos además el juego colectivo. Lo que digan insisto en que es sólo envidia.

El sistema de juego prima a los campeones de Tercera. Sin embargo, ¿no sería injusto verles fuera de Segunda B tras rozar el ascenso en El Plantío y golear al Jumilla o anotar dos dianas en el histórico Riazor?

La Federación debería reconsiderar el premio a los campeones. Hay cuatro grupos de Segunda B y tienes que jugártela con rivales de mayor presupuesto viajando en el día y cruzando España entera. Es un poco injusto este sistema, aunque haya mejorado.